El secretario de Estado de Estados Unidos, Rex Tillerson, ha defendido el domingo, en una entrevista a la cadena de televisión ABC, el ataque con misiles de crucero por parte de Washington contra una base militar en Siria. Además, ha advertido de que la actuación ordenada por Trump "supone el mensaje de que si una nación (...) viola las normas internacionales (...) en algún momento habrá una respuesta".

Por su parte, Nikki Haley, embajadora de EEUU ante Naciones Unidas, se desdice de lo afirmado hace apenas una semana y ha asegurado a la cadena CNN que la salida del presidente sirio Bashar al Assad es "una prioridad". "No vemos una Siria pacífica con Al Assad en el país", ha resaltado. No obstante, tanto Tillerson, como Haley y el propio Trump, dijeron hace apenas unos días que el futuro del dictador sirio lo debía decidir su pueblo.

"Si nos fijamos en sus acciones, si nos fijamos en la situación, va a ser difícil ver un gobierno pacífico y estable con Al Assad", ha aseverado Haley. Por su parte, Tillerson se ha mostrado menos contundente contra el dirigente sirio y en una entrevista a la CBS ha dicho que "primero tendrían que reducir la amenaza de ISIS" y después "dirigir nuestra atención a la situación de Siria".

Ahora, la postura de la Administración Trump es radicalmente diferente. El discurso contra Al Assad y Rusia, su aliado, es muy diferente después del bombardeo con armas químicas a la población de una localidad de Idlib el pasado martes.

TILLERSON ELEVA LA TENSIÓN CON MOSCÚ

El responsable de la diplomacia estadounidense eleva la tensión con Moscú a tres días de iniciar su viaje a Rusia y adopta una línea más dura que la empleada hasta ahora contra el Kremlin desde la nueva Administración Trump.

Para Tillerson, los rusos deben decidir con quien están, si con las democracias occidentales, o con quienes gasean a su pueblo. El secretario de Estado ha llamado "incompetentes" a los responsables rusos por permitir el ataque con armas químicas en Siria de la semana pasada que dejaba más de 80 muertos, de los que 27 de los fallecidos eran niños.

Las declaraciones del domingo son las más duras y críticas con el Gobierno ruso que cualquier otra manifestación pública del equipo de Trump, sobre todo cuando Rex Tillerson tiene previsto un viaje oficial a Moscú el próximo miércoles.

Según el diario estadounidense, The New York Times, la contundencia del responsable de Exteriores significa que las relaciones con Rusia comienzan a cambiar por la desconfianza mutua. Algo que para el ex coordinador de Medio Oriente en el Consejo de Seguridad Nacional, Philip Gordon, "era inevitable" por que considera que "era incompatible con nuestros intereses".

Tillerson ha considerado que "el verdadero fracaso aquí ha sido el incumplimiento por parte de Rusia de sus cometidos dentro de los acuerdos de armas químicas de 2013", ha explicado Tillerson en el programa This Week de ABC News, a pocos días de su viaje a Moscú.

El secretario de Estado, a pesar de lo dicho, ha defendido al Gobierno de Vladimir Putin de las acusaciones que le involucraban directamente en la organización y ejecución del ataque. "No tenemos ninguna información que sugiera que Rusia fue parte del ataque militar con armas químicas".

PARA JAMENEI, UN "ERROR ESTRATÉGICO"

Tanto Rusia como Irán han amenazado con responder "con la fuerza" cualquier "nueva agresión" de EEUU en Siria. El líder supremo de Irán, el ayatolá Alí Jamenei, ha tildado el domingo de "error estratégico" el ataque con misiles de crucero ejecutado el viernes por el Ejército de Estados Unidos contra una base militar en Siria.

En sus declaraciones, Jamenei ha advertido el domingo a las autoridades estadounidense "contra la amenaza de apoyar al terrorismo", según ha informado la agencia iraní de noticias Tasnim. Las palabras del líder supremo iraní han llegado horas después de que el Parlamento del país condenara el ataque estadounidense, que ha descrito como una decisión "ilegítima" para "respaldar a los terroristas y elevar su moral".

En su comunicado, los parlamentarios han indicado que el ataque supone "una violación de la soberanía de Siria", pidiendo una condena por parte de la comunidad internacional.

El gobernador de la provincia de Homs, donde se encuentra la base atacada por Washington, afirmó tras el ataque que la misma "juega un papel clave" en las operaciones militares contra el grupo yihadista Estado Islámico.

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, argumentó que la decisión de bombardear la base militar siria va en línea "con el interés nacional", al tiempo que pidió a las "naciones civilizadas" que se unan a Washington "para intentar poner fin a la carnicería y el derramamiento de sangre en Siria, así como al terrorismo en todas sus formas".

La inmensa mayoría de la comunidad internacional ha acusado al Gobierno de Bashar al Assad de estar detrás del ataque en Jan Sheijun, controlada por los rebeldes.

Sin embargo, el Gobierno de Rusia ha afirmado que el Ejército sirio bombardeó una fábrica de armas químicas en la localidad, descartando un ataque químico por parte de las fuerzas gubernamentales.

Por su parte, el Ministerio de Exteriores sirio ha negado la implicación del Gobierno en el presunto ataque químico, afirmando que se trata de "acusaciones inventadas" para entorpecer la "lucha contra el terrorismo" que se libra en el país.

Naciones Unidas ha alertado de que el uso de armas químicas es "extremadamente alarmante y preocupante", resaltando que su utilización constituye una grave amenaza para la paz y la seguridad y es una violación muy seria del Derecho Internacional".