Tres líderes del movimiento colonizador judío participarán el viernes en la investidura del nuevo presidente de Estados Unidos, Donald Trump, gracias a las invitaciones que han recibido de contactos en el Congreso, informa hoy el diario conservador Jerusalem Post.

"Creo que es una indicación de que somos un socio importante en cualquier diálogo que está teniendo lugar o que vaya a tener lugar sobre esta región", dijo al diario Oded Revivi, alcalde de la colonia de Efrat y uno de los tres dirigentes nacionalistas que han sido invitados a la ceremonia en Washington.

Los otros dos son Benny Kashriel, alcalde del asentamiento de Maalé Adumim, y Yosi Dagán, jefe del Concejo Regional de Samaria, nombre bíblico por el que en Israel se conoce la parte norte del territorio ocupado de Cisjordania.

Los tres dirigentes consideran que su viaje es un signo de que la Administración Trump adoptará una postura menos crítica hacia los asentamientos judíos en territorio palestino, considerados un obstáculo para la paz por el saliente presidente demócrata, Barack Obama.

"Estamos abriendo una nueva página en nuestras relaciones con los estadounidenses", manifestó por su parte Kahsriel, que en las últimas semanas dirige una campaña para que Israel se anexione formalmente su colonia, ubicada varios kilómetros al este de Jerusalén.

En ese sentido, el alcalde israelí, que dice sentirse emocionado por la oportunidad de estar en la investidura de Trump, interpreta la invitación como "un paso hacia el reconocimiento de Maalé Adumim como parte de (la soberanía de) Israel".

A su vez, Dagan participó activamente en la campaña en Israel de Trump, esfuerzos por los que recibió la invitación a título individual, a diferencia de sus dos compañeros de viaje que fueron institucionales.

"Esperamos que su elección conduzca a una nueva era en la amistad entre Israel y Estados Unidos, una que no esté basada en hacer concesiones israelíes en sus intereses vitales", declaró al diario.

El movimiento nacionalista israelí, al que pertenece el primer ministro Benjamín Netanyahu, espera un giro en sus relaciones con el nuevo gobierno estadounidense después de ocho años de altibajos con Obama, quien a finales de diciembre rompió -por primera vez en décadas- la política de veto automático en el Consejo de Seguridad de la ONU en cuestiones relacionadas con Israel.

Con ello permitió que pasara una resolución de condena a los asentamientos judíos que han sido construidos en el territorio ocupado de Cisjordania y Jerusalén Este, al considerar que socavan la solución de dos estados como única viable para el conflicto palestino-israelí.