Las estimaciones sobre los daños económicos del huracán "Sandy" en EEUU siguen al alza y se ubicaron ayer entre los 30.000 y 50.000 millones de dólares mientras continuaron las labores de limpieza y los estados más afectados de Nueva York y Nueva Jersey, que luchan por volver a la normalidad.

Los datos corresponden a los cálculos realizados por la firma de evaluación de costes IHS Global Insight en un informe que los sitúan muy por encima de las estimaciones iniciales.

Como principales factores, los economistas de la compañía situaron "la parálisis de la actividad económica y los daños causados en propiedades aseguradas y no aseguradas".

El diario The Wall Street Journal calculó que las aseguradoras tendrán que asumir un gasto de 20.000 millones de dólares.

A ello, también habría que añadir las pérdidas generadas por la ralentización de casi el 70% de las refinerías de la costa este de EEUU y el cierre comercial en la región durante dos días.

En total, estos costos podrían representar entre el 0,2% y el 0,3% del Producto Interior Bruto (PIB) nominal de Estados Unidos, aunque reconocieron que quizá algo sería compensado por la actividad económica que generarían las labores de reconstrucción.

La cifra es notablemente superior a las primeras estimaciones de entre 10.000 y 20.000 millones de dólares que se barajaron a principios de semana, y situarían a "Sandy" como el segundo huracán más devastador en términos económicos de EEUU, tras el "Katrina" de 2005 que causó pérdidas por 120.000 millones de dólares.

"Los efectos sobre el crecimiento no serán catastróficos en el último trimestre del año pero serán notables, especialmente en una economía como la de EEUU que cuenta actualmente con poco impulso", explicó el reporte de IHS.

Asimismo, el Departamento de Energía de EE.UU. informó ayer que todavía se mantienen sin luz cerca de 4,9 millones de hogares en la región noreste del país, donde 15 estados y el Distrito capitalino de Columbia siguen afectados.

Densidad de población

Los costes se están multiplicando debido a que la región afectada por "Sandy" es una de las de mayor densidad de población del país y al hecho de que el área metropolitana de Nueva York, principal polo financiero del país, sea una de las zonas más afectadas.

Además, los expertos subrayaron que en esta ocasión, y a diferencia de lo ocurrido con la tormenta Irene del año pasado, que azotó la costa este en fin de semana, los peores efectos del temporal se vivieron al comienzo de la semana laboral.

De hecho, la bolsa neoyorquina se mantuvo sin operar lunes y martes, el cierre más prolongado de Wall Street por causas meteorológicas desde 1888.

Nueva York, donde se contabilizaron 37 de las 76 muertes confirmadas hasta el momento, recuperó ayer buena parte de su transporte público con la reapertura parcial de catorce líneas de metro, pero sigue trabajando para devolver los servicios básicos a sus ciudadanos.

Los tres aeropuertos de la ciudad: Liberty Newark, La Guardia y John F. Kennedy retomaron la actividad, aunque siguieron acumulando retrasos y cancelaciones.

Al otro lado del río Hudson, en Nueva Jersey, la situación también siguió siendo complicada, con amplias zonas anegadas aún por las aguas y el mítico paseo de madera de Atlantic City, conocido como "Las Vegas" del este de EEUU, parcialmente destrozado.

"Nada será igual. Será diferente porque muchos de los iconos que hacían que fuese lo que era ya no están y han sido arrastrados por el océano", afirmó ayer Chris Christie, gobernador del estado de Nueva Jersey, que fue uno de los más afectados.