Tres militares estadounidenses murieron ayer y otro resultó herido cuando llevaban a cabo operaciones en Irak, según un comunicado de las Fuerzas de EEUU en este país.

La nota, que aporta pocos detalles de lo sucedido, indica que las víctimas se produjeron en dos incidentes separados, que tuvieron lugar en el norte y en el centro de Irak.

Los nombres de las víctimas no fueron difundidos a la espera de que se notifique a las familias.

Poco antes del anuncio de las Fuerzas de EEUU, el Ministerio del Interior iraquí había informado de que tres militares estadounidenses habían resultado heridos al ser disparados por soldados iraquíes durante un entrenamiento cerca de la ciudad de Mosul, en el norte de Irak.

Las fuentes del Ministerio del Interior iraquí indicaron que el incidente tuvo lugar en el campamento de Al Gizlani, a unos 30 kilómetros al sur de la ciudad de Mosul, donde los soldados estadounidenses participaban en un entrenamiento con armamento.

Los militares fueron trasladados a un hospital perteneciente a las Fuerzas de Estados Unidos, mientras que los atacantes iraquíes fueron detenidos para ser interrogados.

Más ataques

Además, las fuentes del Ministerio del Interior iraquí informaron de que una base militar estadounidense, situada en la zona de Al Sabtya, a unos 10 kilómetros al norte de la ciudad de Baquba, capital de la provincia de Diyala, fue atacada con misiles Katiusha y que por el momento se desconocía si se habían producido víctimas.

Los ataques contra tropas estadounidenses no son frecuentes en Irak desde que el 31 de agosto del año pasado terminara de forma oficial su misión de combate en el país árabe.

En la actualidad quedan en el país asiático menos de 50.000 uniformados estadounidenses, dedicados a labores de adiestramiento y formación, que permanecerán allí hasta finales de 2011, de acuerdo con el pacto de seguridad que fue firmado entre Washington y Bagdad el mes de diciembre de 2008.

Las primeras bajas después de la salida de Irak de las tropas de combate se produjeron el pasado 7 de septiembre, cuando dos soldados de Estados U nidos murieron y otros siete resultaron heridos por los disparos de un militar kurdo-iraquí en una localidad del norte de Irak.