Es, sin duda, el hombre del momento en el mundo de la cocina... ¡y de la tele! Al menos en la faceta mediática de los fogones, esto es, de figura televisiva con el espacio "Pesadilla en la cocina". Alberto Chicote arrasa en la pequeña pantalla con el formato que extrapola en España el que protagoniza desde hace ya tiempo su colega británico Gordon Ramsay. El fornido Chicote, con apariencia de "pillier" de rugby -de hecho le fascina ese deporte-, es rudo, expeditivo e inflexible en sus indicaciones, pero delicadísimo en conceptos, esencias y forma de cocinar, algo que procura inculcar a esos "sus restaurantes" que están a punto de la quiebra en el programa que emite La Sexta. Tal es el fenómeno que ha irrumpido, y cada vez con más amplia audiencia, que dará las campanadas de Fin de Año en la citada cadena privada.

De chef de prestigiosos restaurantes madrileños a "tv-star", ¿se imaginaba usted en tamaño "guiso"?

¡Me lo dicen hace un tiempo y ni de lejos! Fue la jefa de castin Irene Domínguez la que un día me propuso presentarme a las pruebas de selección entre una serie de candidatos; a mí me encantó esa posibilidad, como buen soplo de aire fresco, y accedí encantado porque me convencía el resultado del programa de Gordon Ramsay. Así fue y de ahí salió el punto de partida de todo esto.

Le vieron la expresión de "rompehuesos" y le ficharon, claro.

(Ríe). Pues el proceso, entre las pruebas ante las cámaras, la preparación con preguntas y todavía más pruebas, además de los momentos en que parecía que no iba a salir nada de aquello, duró como un año. Me eligieron y había que decidir. Me dije ¿porqué no?, y he acertado.

¡Vaya fregado! ¡Compatibilizar sus cocina con la grabación de programas!

No no. Eso no era posible; había que decantarse y opté por dejar el cometido de jefe de cocina. Créame que este trabajo es muy duro en todos los sentidos. Primero, porque te encuentras a gente muy perdida en lo que hace, absolutamente a la deriva, y luego porque hay que buscar soluciones adaptadas a cada una de las situaciones límite, que no es nada fácil. Eso sí, me permite diseñar con mi equipo propuestas audaces, por lo que sigo cocinando, que es lo que me apasiona.

Tanto en el programa de Ramsay como en el de usted ahora, hay parte del público que piensa que todo está "amañado".

(Vuelve a reír). ¡Que no, hombre, no! Mire, nadie me ha pedido que interprete; nada de eso. ¡Que soy y reacciono así, como me ve la audiencia! ¿Las instrucciones? ¡Ahí te las apañes! Todo lo que queda grabado es la primera vez: el saludo a los propietarios y al equipo; cuando traspaso la cocina... Irene me eligió porque creía que yo tenía el carácter para eso y, ante las cámaras, sale lo más genuino que hay en mí, incluidos tacos.

De acuerdo... Entonces, ¿qué es lo más duro con lo que se ha topado hasta ahora en las grabaciones de los pases de la primera temporada, que ya están copando el "prime time" de los jueves?

A usted no se le oculta que la cocina es una forma de vida y altamente vocacional. Raro es en esto acudir al trabajo 8 horas y ahí te quedas. Por lo que el oficio y el tiempo personal suelen ser una simbiosis de 24 horas; en estas experiencias me doy cuenta de que el restaurante está machacado porque los que llevan las riendas también lo están. Créame, es más duro superar estas realidades que afectan a la fibra humana que encontrarme una rata, una cucaracha y suciedades inverosímiles en las panzas de las cocinas.

Hablando de eso. ¿Tiene previsto pasarse por algún restaurante "a pique" de Tenerife o Canarias?

Yo no sé, a priori, a dónde voy a ir en cada momento. Creo que en esta temporada no hay ninguno en las Islas, pero podría ser para la próxima.

Por cierto, ¿conoce a Gordon Ramsay? Y, de algún modo, ¿imita algo de él a la hora de desenvolverse ante las cámaras?

Pues la verdad es que nunca me he cruzado con él ni tampoco he tenido la oportunidad de estrecharle la mano, aunque me gustaría. Yo no imito a Gordon, y es que tampoco sabría hacerlo".

"Pesadilla en la cocina" qué pretende: ¿amenizar?, ¿divulgar?, ¿sorprender? Hay parte del público que no soporta escenas...

Quizá un poco de todo, pero refleja la esperanza de que la gente puede sacar adelante un proyecto siguiendo una línea de coherencia; mi equipo y yo manejamos propuestas de reflotación de cada empresa con actuaciones verosímiles. Todo pensado para que funcione, incluidos estudios del entorno, de capacidades y oportunidades de mercado. Una vez hecho, se supone que son "mayorcitos" y que seguirán las instrucciones para ayudarse a sí mismos.

¿Es usted un cascarrabias como tantas veces aparenta?

No sé si cascarrabias o qué. Es que a uno le hierve mucho la sangre y te rebotas cuando ves tamañas negligencias en un oficio, el nuestro de los fogones, en el que está implicada la alimentación humana, y eso, de verdad, es que no lo puedo tolerar.

DE ACERO INOXIDABLE

  • Óptima acogida Chicote se siente satisfecho y contento por los resultados de audiencia que está cosechando. Admite que "no se puede pedir más".
  • Chaquetillas de Agatha La vestimenta profesional que luce el chef, de diseños de Agatha Ruiz de la Prada, se deben a una coincidencia de un evento hace seis años. La diseñadora le regaló una de su conocido estilo y Chicote siguió pidiéndole encargos.
  • Estrellas Michelín Estima que la "Guía roja" no valora igual a países del entorno que a España. Para él, "no es comparable muchas veces una estrella fuera que aquí".