El grupo automovilístico Renault ganó el pasado año 3.302 millones de euros, una caída del 36,6 % respecto al obtenido en 2017, que se explica sobre todo por un bajón de la contribución de su socio Nissan, pero también porque se vio obligado a salir de Irán y por la crisis de los motores diésel.

Nissan, que en 2017 había contribuido con 2.791 millones de euros a los resultados de Renault -en particular por elementos no recurrentes-, pasó un año después a aportar 1.509 millones, debido al hundimiento de los beneficios del grupo japonés, en el que Renault es el primer accionista, con un 43 % del capital.

En un comunicado publicado este jueves, Renault explicó que al margen de la contribución de Nissan, su resultado de explotación se redujo en 819 millones de euros para quedar en 2.987 millones de euros.