Los principales sindicatos de Italia se manifestaron hoy, Día Internacional de los Trabajadores, en el municipio siciliano de Piana degli Albanesi para reclamar trabajo y legalidad en una zona marcada tradicionalmente por la mafia.

Eligieron esta localidad para conmemorar el 70 aniversario de "la masacre de Portella della Ginestra", explanada próxima a ese pueblo donde un grupo de trabajadores fue tiroteado mientras celebraba el Primero de Mayo y protestaban contra los latifundistas.

El crimen, en el que murieron once personas y una treintena resultaron heridas, fue atribuido a la banda del criminal Salvatore Giuliano, pero esta autoría aún en la actualidad es puesta en entredicho y envuelta en cierto misterio.

El objetivo de esta iniciativa, según un comunicado, fue "actualizar la memoria histórica de aquellos que perdieron la vida por la protección y salvaguardia de la lucha de los trabajadores y para reivindicar el derecho a la dignidad del trabajo", especialmente en el depauperado sur italiano.

Los respectivos líderes de la CGIL, CISL Y UIL, Susanna Camusso, Annamaria Furlan y Carmelo Barbagallo, comenzaron la jornada depositando una corona de flores en el cementerio de Piana degli Albanesi en el que fueron enterradas las víctimas del suceso.

Acto seguido comenzaron la manifestación bajo el lema "Trabajo: nuestras raíces, nuestro futuro", dirigiéndose hacia la explanada de Portella delle Ginestre, a los pies de una montaña y donde un monumento conmemora la masacre.

Los organizadores aseguraron que en el acto participaron alrededor de 10.000 personas, entre ellas la presidenta de la Comisión parlamentaria Antimafia, Rosy Bindi.

Durante la marcha Camusso denunció ante los medios que "poco o nada se ha hecho para generar empleo y perspectivas para los jóvenes", sobre todo en el depauperado sur italiano.

Como telón de fondo estuvo la delicada situación financiera de la aerolínea Alitalia, que mañana celebrará una importante asamblea de socios, y Camusso reclamó un "plan industrial serio" para salvar la compañía, a su parecer "necesaria" para la economía del país.

La secretaria de la CISL, Furlan, dijo que este Primero de Mayo sirve como "compromiso por el trabajo que falta sobre todo en el sur y a nuestros jóvenes".

Por su parte Barbagallo dijo que esta jornada "es de compromiso, no de fiesta" porque, en su opinión, "no hay nada que festejar" sino que "urge reivindicar la necesidad de hacer repartir la economía de un país" que en febrero registraba una tasa de desempleo del 11,5 %.

La de Portella della Ginestra fue la manifestación unitaria de los principales sindicatos del país pero las protestas se sucedieron en otras muchas ciudades, como la industrial Turín (noroeste), donde se vivieron momentos de tensión con las fuerzas del orden.

En Milán (norte), considerada la capital empresarial italiana, el tema principal de la manifestación fue la integración de los inmigrantes y algunos de ellos participaron en la protesta, organizada por sindicatos o formaciones como "Izquierda Italiana" o "Refundación Comunista".

Por otro lado la capital italiana, Roma, vive una jornada festiva y se prepara para celebrar por la tarde el tradicional concierto en la plaza de San Juan de Letrán.

En el romano palacio del Quirinale, sede de la Jefatura del Estado, el presidente Sergio Mattarella alertó ante otras autoridades y representantes del ámbito laboral de la necesidad de poner el trabajo como prioridad en la agenda política.

Porque, apuntó, "ahí donde la estructura productiva o social no es capaz de asegurar condiciones que sostengan nuestros derechos como ciudadanos, es donde la crisis amenaza con contagiar a las propias instituciones representativas".