La Cámara de Representantes de EEUU aprobó hoy por una amplia mayoría una ley para autorizar la construcción del polémico oleoducto Keystone XL, en lo que supone el inicio del primer pulso del nuevo Congreso de mayoría republicana en ambas cámaras y el presidente demócrata Barack Obama.

Se trata de la tercera vez en los últimos seis meses que la Cámara baja somete a votación el proyecto para trasladar crudos pesados desde Canadá al golfo de México a través de territorio estadounidense.

En este ocasión, la votación en la Cámara de Representantes, de mayoría republicana, se saldó con 266 votos a favor y 153 en contra, y contó con el respaldo de 28 demócratas.

Ahora la legislación pasará al Senado, donde los republicanos estrenan mayoría tras su victoria en las legislativas de noviembre, y donde su líder, el republicano por Kentucky Mitch McConnell, ya ha anunciado que se someterá a voto la próxima semana.

De este modo, parece más que probable que la legislación llegará a la mesa del presidente Obama, quien ya ha expresado su intención de vetarla.

La votación de hoy en la Cámara de Representantes coincidió con la resolución a favor de los defensores del proyecto en el Tribunal Supremo del estado de Nebraska, que rechazó las denuncias de propietarios de tierras por las que transitaría esta importante infraestructura.

Esta decisión era muy esperada por los promotores del oleoducto, que podrá transportar alrededor de 800.000 barriles diarios desde las arenas bituminosas de Alberta (Canadá) a las refinerías del golfo de México.

Precisamente por ello, el presidente de la Cámara de Representantes, el republicano John Boehner, no tardó en reaccionar a la decisión de la justicia en Nebraska y aseguró, a través de su portavoz, que "el presidente Obama se ha quedado sin excusas para bloquear el oleoducto Keystone y los miles de empleos que crearía. Es el momento de comenzar a construir".

Boehner ha acusado a Obama de "dar la espalda" a los ciudadanos estadounidenses, que según las encuestas apoyan de manera mayoritaria el proyecto, por amenazar con el veto presidencial.

La Casa Blanca se ha resistido al proyecto de Keystone XL argumentando que habría que esperar a la decisión de la justicia en Nebraska y a un informe de revisión del proyecto, que incluye su impacto ambiental, encargado por el Departamento de Estado.

Tras el dictámen del supremo de Nebraska, solo resta que el Gobierno publique su informe de impacto ambiental.

En el Senado, los republicanos aseguran contar con 60 votos para aprobar la legislación, pero no está claro si podrán alcanzar los 67 necesarios para evitar que la medida pueda ser vetada por Obama.

También la Casa Blanca comentó la resolución del máximo tribunal de Nebraska, y reafirmó su postura.

"Dejando de lado la decisión de Nebraska hoy, la legislación de la Cámara todavía entra en conflicto con procedimientos establecidos por la rama ejecutiva del Gobierno (...) y si se presenta al presidente, él vetará la legislación", afirmó Eriz Schultz, portavoz adjunto de la Casa Blanca, a los periodistas que acompañaban a Obama en un viaje para un evento en el estado Tennessee.

Economistas y científicos, entre ellos algunos premios Nobel, han instado a Obama a que rechace el Keystone XL por considerarlo peligroso para el medioambiente.

Las arenas bituminosas son el crudo más denso y tóxico del planeta, por lo que para transportarlo se debe mezclar con sustancias tóxicas y calentarlo para diluirlo, y en el primer año de operación de los tramos ya construidos los conductos reventaron 33 veces, según la organización ecologista Sierra Club.