Los países más cuestionados de Europa por parte de los inversores, entre ellos España, comprobaron esta semana que mantienen una cierta confianza de los mercados por la importante demanda de sus respectivas subastas de deuda, lo que la Bolsa española celebró con su mayor subida en seis meses.

En el acumulado del lunes al viernes, el selectivo IBEX 35 se revalorizó el 8,62 por ciento, su ascenso más dinámico desde principios de julio, que le dejó a las puertas de los 10.400 puntos.

A lo largo de la semana se produjeron importantes acontecimientos que supusieron un aire fresco para el mercado bursátil, inundándolo de un cierto optimismo tras una semana previa marcada por el miedo y la desconfianza.

La semana empezó con una subasta de Grecia y con el rumor no desmentido de que el Banco Central Europeo estaba comprobando deuda del país heleno, pero también de Irlanda y Portugal, al tiempo que Japón anunciaba su disposición a comprar deuda europea.

Seguía así los pasos de China, que anteriormente, ya había ofrecido su disposición a hacer lo propio para apoyar a la región, en una operación que contribuye a mantener un euro fuerte frente al dólar que enriquece al gigante asiático con sus exportaciones.

Con todo ello, y especialmente con la disposición de la Unión Europea a ampliar su fondo de rescate, la deuda negociada en los mercados secundarios se abarataba y la prima de riesgo de los países periféricos se relajaba. En el caso de la española perdió más de 40 puntos en la semana.

La Bolsa de Madrid se despidió de la ligera caída del lunes y el moderado ascenso del martes, para lograr una espectacular subida del 5,4 %, la mejor desde el pasado mayo, gracias al tirón de los bancos, los más castigados por su exposición a la deuda lusa.

La subasta de bonos de Portugal de ese día fue la confirmación de que el país vecino puede seguir financiándose en los mercados mayoristas, aunque sea a un precio mayor.

Eso alejó los fantasmas de un inminente rescate y allanó aún más el terreno a España, que medía su confianza el jueves, después de que el comisario de Asuntos Económicos y Monetarios de la Unión Europea, el finlandés Olli Rehn, elogiara los esfuerzos del Gobierno para reducir el déficit público.

Así, el Tesoro colocó su máximo previsto (3.000 millones) en bonos a 5 años, a costa de elevar el interés un 27,5 %, pero con la relevancia de que la demanda de los inversores duplicó la oferta.

Había razones para celebrarlo con otro ascenso, aunque el viernes ya se moderó y fue del 0,14 %, en un día en el que los inversores empezaron la sesión recogiendo beneficios.

De las compañías que conforman el principal índice de la Bolsa española, tan sólo Iberia registró pérdidas, del 4,05 %, ya que la semana pasada había subido con fuerza.

Sacyr encabezó las ganancias con un alza del 19,59 %, pero después le siguieron los bancos. BBVA fue el que más subió en el sector financiero, un 17,95 %, seguido de Bankinter (17,22 %), Sabadell (15,32 %), Popular, (14,31 %) y Santander (13,42 %).