Portugal se muestra decidido a resistir la presión de los mercados sin pedir ayuda externa y su primer ministro, José Sócrates, consideró hoy que la reducción del déficit en 2010 es una muestra de que el país cumple sus compromisos.

En medio de la campaña electoral para los comicios presidenciales del próximo día 23, que ha quedado opacada por la crisis de la deuda lusa, Sócrates reveló hoy que Portugal ha conseguido superar sus previsiones para reducir el déficit fiscal en dos puntos y en diciembre lo situó por debajo del 7,3 por ciento.

El dirigente socialista descartó la posibilidad de un rescate financiero y dijo que los rumores en ese sentido sólo sirven para perjudicar a su país y al euro y ayudar a los especuladores.

Pero el Banco de Portugal echó poco después un jarro de agua fría sobre el optimismo del primer ministro y anunció que el país volverá a entrar este año en recesión, su economía caerá el 1,3% y sólo en 2012 habrá crecimiento y apenas del 0,6%.

El banco emisor revisó hoy a la baja sus previsiones y anunció que la caída de la economía lusa se producirá por el impacto de las medidas de austeridad adoptadas por el Gobierno precisamente para reducir el déficit y calmar la presión de los mercados.

Sócrates, en una intervención ante la prensa, se mostró sin embargo muy orgulloso de los resultados de su política de ajustes y aseguró que Portugal no va a pedir ayuda "porque no la necesita" y seguirá financiándose en el mercado.

Los resultados preliminares del año que acaba de terminar "superan todas las expectativas" sobre la economía portuguesa, agregó al destacar que muy pocos países son capaces de bajar tanto el déficit y duplicar además las previsiones de crecimiento, que eran del 0,7% y se calculan, al cierre de 2010, en el 1,4%.

"Portugal hizo un esfuerzo y lo consiguió", subrayó Sócrates que se quejó, en alusión a la oposición conservadora, de quienes minusvaloran los logros del país y ayudan a los especuladores.

Las críticas políticas de Sócrates no fueron contestadas por el presidente de la República, Aníbal Cavaco Silva, figura histórica de la oposición conservadora, que se presenta a la reelección el día 23.

Como ya hizo el lunes, cuando pidió que no se "especule" con el rescate ni se complique "la vida" al Ejecutivo, Cavaco rehusó comentar los malos pronósticos económicos del banco emisor y pidió "confianza" y "esperanza" en el futuro del país.

La izquierda marxista consideró en cambio la rebaja de previsiones una confirmación de los males que han traído las severas medidas de austeridad aplicadas por Sócrates, que ya causaron una huelga general en noviembre.

Pero el primer ministro apeló a "la conciencia del deber cumplido" e insistió en que hay "buenas noticias" y pruebas de que Portugal cumple su programa y no precisa de ninguna ayuda.

Entre otros datos positivos del cierre del ejercicio de 2010, Sócrates resaltó que el gasto acumulado del sector estatal se situó en el 1,7%, frente al 2,5% previsto, y que los ingresos públicos subieron el 5,3%, por encima del 4,5% presupuestado.

El primer ministro argumentó que diez de los 27 países de la UE preveían subir el déficit en 2010, otros diez bajarlo en un punto y muy pocos van a ser capaces, como Portugal, de rebajarlo dos puntos.

La presión sobre la deuda lusa volvió entretanto a bajar ligeramente, al filo de la barrera considerada crítica del 7%, mientras la bolsa lograba uno de los pocas jornadas positivas en lo que va de año, con una subida del 2,40%.

El parqué se mostró inmune a los pronósticos anunciados por el Banco de Portugal, que prevé también un fuerte aumento de la inflación hasta el 2,7% en 2011 y el 1,4% en 2012, frente al 1,4% de 2010.

El Banco de Portugal vaticinó que los premios de riesgo que penalizan la deuda lusa se mantendrán entre el 6,2 y 6,6 por ciento en 2011 y 2012, pero el ministro de Finanzas, Fernando Teixeira dos Santos, aseguró que Portugal es capaz de "soportar" la actual presión de los mercados, en torno al 7%.