Después de anunciar la ruptura de negociaciones con los controladores aéreos, el presidente de Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea (Aena), Juan Ignacio Lema, solicitó ayer al Ministerio de Fomento y a la Dirección General de Aviación Civil que adopte las medidas necesarias para asegurar el tráfico aéreo a partir del 31 de marzo, fecha en que expira la prórroga del actual convenio colectivo, y que coincide con las vacaciones de Semana Santa.

Al respecto, indicó que los controladores "han negociado con mala fe", y eso es algo "que no podemos aceptar".

Lema, que reconoció que el colectivo ha presentado recientemente dos propuestas por escrito, explicó que la primera consistiría en incrementar la masa salarial, "en contra de nuestros objetivos de reducirla".

Así, precisó que solicitaban pasar de los 780 millones de euros de masa salarial para 2009 a 820 millones en 2010, 840 en 2011 y 910 en 2012, algo "totalmente en contra de lo que Aena quiere".

La otra propuesta, según el titular de Aena, es la de aceptar el aumento de productividad, pero a cambio de que se les suban las retribuciones fijas un 40%, "lo que se aleja de la política de las retribuciones de los empleados públicos".

Por su parte, la Unión Sindical de Controladores Aéreos (Usca) acusó a la dirección de Aena de romper "de manera unilateral" las negociaciones que, a su modo de ver, se estaban llevando a cabo "en cauces formales" y denunció una campaña política "para escenificar un conflicto que no se ha producido", y negando "medidas de presión como la huelga que nunca existió ni existirá".

Mientras, el ministro de Fomento, José Blanco, señaló que espera que "todo el mundo actúe conforme a la ley y no se causen perjuicios ni a los ciudadanos ni al turismo".