Roberto Carlos Perera Núñez (Santa Cruz, 15/12/1980) es el segundo entrenador del Cádiz y el encargado de hacer el "scouting" de los rivales para empezar a preparar los partidos de su equipo. Dicen en Cádiz que es "uno de los secretos" del éxito de Álvaro Cervera, entrenador del ascenso a Segunda A sin él, pero que no tuvo reparos en exigir al tinerfeño como ayudante el pasado verano.

Este, en una labor secundaria en el Tenerife, correspondió a la confianza de su exjefe (fue su segundo en la Isla durante dos temporadas y media) aceptando el reto de abandonar un puesto de trabajo relativamente estable para sumarse a la escuadra gaditana.

Su facilidad para leer la forma de juego del rival, encontrar la forma de minimizar sus virtudes y atacar sus defectos, sedujeron a Cervera. Los jugadores agradecen "la claridad de sus análisis", tal y como reconocen varios blanquiazules con buen recuerdo de Perera. "Buen talante, transparencia y seriedad en el trabajo", comentan los que han colaborado con él a la hora de definir sus formas. "Roberto tiene buena relación con el vestuario, mejor de la que tengo yo. Él sabe lo que me gusta, llevamos mucho tiempo juntos. Es un tío de vestuario, es el que conecta con los jugadores. Cuando hay que dar la información del entrenador, él es encargado con sus métodos, charlas y vídeos", relató Cervera cuando tuvo que ser su ayudante el que dirigiera al equipo (por sanción del técnico cadista).

"El tío es un máquina. La gente está muy contenta con él porque se mete solo en su trabajo y cuando ayuda lo dice de muy buenas maneras. Es excepcional", contaba un miembro del vestuario amarillo hace unos meses en La Voz de Cádiz. De él destacan todos su "discreción".

Por eso, cuesta enterarse de que la forma de jugarle al Tenerife la tenían clara en el cuerpo técnico del Cádiz desde que vieron ganar a los insulares ante el Alcorcón: "con jugadores que se muestran por dentro (Tyronne y Aarón), la presión se hace más fácil porque te dan referencias". Por eso, Cervera había avisado en la previa que "lo que haremos es decirle a un lateral si el rival se mete por dentro o se le tira a la espalda o, si sacan tres centrocampistas, decirles si vamos a por ellos o los esperamos". Lo tenían claro. Perera lo analizó y Cervera lo ejecutó.