El Iberostar Tenerife perdió un partido en Murcia en el que nunca estuvo cómodo. Vidorreta, que fue rectificando conforme fueron pasando los minutos, nunca encontró el cinco ideal y después de un comienzo algo flojo, cuando su equipo quiso reaccionar, no pudo.

El partido comenzó con una primera prueba que Vidorreta le puso a su homólogo Katsikaris. Intentó atacar por dentro la defensa del UCAM e provocar que los murcianos, con presión sobre sus hombres de fuera, no tuviesen su día.

En los primeros compases la igualdad fue la tónica dominante. Vidorreta pidió a Hanley más intensidad, mientras que Rodrigo San Miguel consiguió un triple pero no aportó equilibrio al juego. Rápidamente se produjo la entrada a la pista de White.

El UCAM, que también sabía dónde el Iberostar sufría, poco a poco fue encontrándose más cómodo. Barón encestaba fácil, Rojas defendía al límite, pero White seguía desatascando el juego en ataque de los canarios.

Las rotaciones comenzaron a darle otra dimensión al partido: más rapidez, menos madurar las jugadas y sobre todo más imprecisión en el tiro. Las igualadas se sucedieron, y por momentos dio la sensación de que el Tenerife, que siempre iba por delante, podía romper el partido. Esto no se produjo. El Murcia se reincorporó con canastas complicadas de Antelo y con el buen hacer de Radovic, muy acertado de cara al aro.

El final del primer cuarto fue apretado, pero terminó como empezó, con diferencias de más tres para los de Vidorreta.

En el comienzo del segundo cuarto, el UCAM se adelantó con buenos minutos de Radovic. Los locales consiguieron ventajas de hasta de cuatro puntos (34-30).

Vidorreta paró el juego y de nuevo dio entrada a White. Con Davin la vida es más fácil y de nuevo el base canalizó el juego insular. El partido se metió en un parón. El 36-35 estuvo más de dos minutos inalterado. Hanley anotó de dos y dejó el marcador al descanso con uno arriba para los tinerfeños.

El tercer cuarto tuvo un arranque tremendo para el UCAM: parcial de 11-0 y máxima renta (47-37). Vidorreta paró el duelo, pero el juego canarista no consiguió salir de su letargo. Solo una canasta de Bogris logró parar la hemorragia.

El Murcia dinamitó el partido desde el perímetro. Vidorreta contestó cambiando todo: sentó a los principales y dio entrada a Niang y Kirksay. El partido dio otro salto (50-45) y se fue al empate a 50 con la entrada de Bassas.

El último cuarto tuvo el rifirrafe entre Llompart y San Miguel como punto de partida: los dos bases se enzarzaron en una disputa que a la larga le perjudicó al base canarista, que terminó haciendo una falta intencionada.

Vitor Benite y Billy Baron consiguieron rentas importantes gracias a que no fallaron al mirar el aro contrario. White dio una de cal y otra de arena, y el Iberostar se fue desangrando. Los cambios comenzaron a ser a la desesperada.

El Canarias no respondía y el UCAM, que había visto reducida su diferencia, vio cómo el acierto de nuevo de Baron y la dirección de Campazzo le daba aire para conseguir, a falta de 3:51, una diferencia de 11 puntos, con el 71-60. La diferencia ya fue insalvable.