Una victoria que amanse a las fieras

Jornada tres y las exigencias ya son máximas para un Tenerife que debe convencer a sus aficionados más críticos de que esta temporada puede dar un paso adelante en sus aspiraciones. Demostrar que, como defiende Álvaro Cervera, hay mejor plantilla que la pasada temporada pasa por ofrecer mejores resultados que los conseguidos en las dos jornadas anteriores y una imagen de mayor solidez, tanto defensiva como a la hora de generar fútbol.

Para ello, el técnico podría tirar desde ya de Ulises Dávila. Con cuatro entrenamientos en la Isla a sus espaldas, el mediapunta mexicano viajó ayer junto a otros 19 compañeros a Girona. Teniendo en cuenta el enorme condicionante que supone la baja de Diego Ifrán, su titularidad no es descartable hoy mismo. La ausencia del delantero uruguayo y la poca afición del técnico blanquiazul a alinear de inicio y juntos a Suso Santana y Cristo Martín. Tampoco parece, de momento, una opción a tener en cuenta Ruso García. Y Maxi Pérez ha sido utilizado, con escaso acierto, entrando desde el banquillo. La salida de Jacobo, desacertado ante Ponferradina y Albacete, no parece probable.

El reto se presenta aún mayor si se tiene en cuenta el buen inicio del Girona (dos victorias ante Albacete y Alcorcón), así como sus especiales características. Al cuadro insular ya le costó horrores adaptarse al 3-5-2 de Pablo Machín, un dibujo muy poco frecuente en la Segunda División A, durante el encuentro disputado en el Heliodoro Rodríguez López de la pasada temporada.

Además, los buenos resultados cosechados hasta ahora harán que Machín cambie poco (o nada) la formación que ha permitido repetir el exitoso arranque de la pasada temporada. La única duda puede estar en la media punta, donde Jandro podría ocupar el lugar de Felipe Sanchón o Mata. Como "nueve", Sandaza parece intocable en la punta de ataque. Será un partido con goles si el Girona logra llevarlo a su terreno... o al revés si el que se impone es el Tenerife, deseoso de ganar seguridad.