¿Qué le brinda Petróleo al público?

Como la gente ya nos conoce del programa La Resistencia, llegan al concierto y nos respaldan cantando los coros. El primer concierto en Madrid, aunque solo tuviéramos cinco canciones, duró una hora simplemente porque la gente coreaba y las canciones se alargaban. Esto da coraje a la hora de salir al escenario.

¿La Resistencia es una buena plataforma para saltar de la tele a los escenarios?

¡Sí! Hoy en día hay muchas bandas de rock o punk muy buenas y da rabia que no sean más conocidas. Nosotros hemos tenido la suerte de salir en el programa y la gente ya nos conoce. De hecho el proyecto nació para el programa pero se nos fue de las manos porque la discográfica Sonido Muchacho nos propuso grabar un disco. Luego nos llamaron de la Sala Razzmatazz de Barcelona. La cosa se ha desbordado espontáneamente.

¿Qué ha encontrado Ignatius Farray en la música?

¡Ilusión! Luis Miguel Petróleo y yo nos conocemos de hace ya mucho tiempo. Tenía la banda Tigres Leones en Madrid y habíamos fantaseado con formar un grupo. De repente se nos presentó la oportunidad para poder hacer la música que nos gustaba. No es un grupo chistoso. Es verdad que verme a mí intentando cantar ya tiene algo de comicidad, pero el grupo no tiene letras chistosas, hace música post-punk. Es una ilusión componer estas canciones.

¿Qué nuevos proyectos tiene Petróleo?

Ya estamos grabando el segundo disco que seguramente será en común con Tigres Leones. Igual sale dentro de poco porque la parte instrumental se grabó la semana pasada y ahora hace falta poner la voz.

Como reza su canción, ¿todo está roto en la política?

[Risas] Es un momento muy divertido. Hay una situación muy compleja y muchos desajustes. La sensación es que todo está roto y en eso somos como proféticos.

¿España es un buen caramelo humorístico?

No solo España, a nivel mundial hay un desajuste tremendo. Las pequeñas épocas doradas que históricamente ha tenido la comedia son épocas de crisis sociales como la actual. En Reino Unido en los años 80 hubo un auge por la crisis de Margaret Thatcher. En Estados Unidos, en los 70 sucedió con Richard Nixon y ahora con Donald Trump está habiendo otra pequeña edad de oro a nivel mundial. Y en España ya está entrando Vox. Este tipo de situaciones sociales son propicias para que la comedia se abra paso.

Aun así, hemos tenido casos que quitan la risa. ¿Cómo vive un cómico que por un chiste pueda acabar ante la justicia?

Si digo la verdad, y no puedo hablar por todos mis compañeros, personalmente lo vivo como un estímulo. Creo que existen los límites del humor, pero para un cómico es esencial saber dónde está la línea para saber hasta dónde tiene que empujar este límite. Cuanto más te enseñan dónde está la línea, más ganas tienes de cruzarla.

¿Cuál es el principal valor de La vida moderna?

Más allá del tono transgresor, el principal valor es la complicidad que hay entre David Broncano, Quequé y yo. Cada uno es distinto pero los tres nos compaginamos muy bien.

¿Habrá nueva temporada de El fin de la comedia tras su nominación al Emmy?

La nominación fue una sorpresa. No ganamos pero fue muy bonito tener el reconocimiento de la gente. Intentaremos hacer una tercera temporada por lo menos.

¿Y por qué momento pasa la comedia?

Tiene un estado de salud brillante. En los años 2000 hubo un momento muy importante cuando toda la generación a la que pertenezco empezamos. Era la época de El Club de la Comedia, Paramount Comedy? Luego, hubo un pequeño valle y ahora hay un auge de cómicos muy alternativos que vienen con ideas nuevas. En Madrid existen seis o siete comedy clubs donde uno puede actuar en noches de micro abierto casi todos los días de la semana.

¿Qué nuevos proyectos le depara 2019?

Queremos empezar un show, La commedia, con la ilusión de que se pueda convertir en un programa de televisión. En marzo lo retomamos.