La Librería de Mujeres de la capital tinerfeña se convirtió este jueves en el escenario de una charla abierta, a varias voces, que desde Opera (e)Studio -proyecto del Cabildo de Tenerife para la proyección de promesas- intentó desentrañar las claves de "La verdadera historia de amor de Romeo y Julieta: machismo y travestismo en el bel canto", que así rezaba el título de la conferencia.

Giulio Zappa, director artístico de Opera (e)Studio, en compañía de Silvia Paoli, directora de escena, fueron "recitando" algunas claves que permiten el acercamiento a la naturaleza de la producción "I Capuleti e i Montecchi", en la versión del maestro Bellini, que se representará en el Auditorio de Tenerife, entre el 26 y 29 de octubre, con un elenco de diez jóvenes cantantes, la Orquesta Sinfónica de Tenerife (OST) y el Coro de Ópera de Tenerife.

"Existen pocos géneros artísticos que desprendan tanto machismo como la ópera", sentenció Zappa, al tiempo que apoyaba esta rotunda afirmación con un simple repaso a los diferentes roles que en el "bel canto" se adjudican a las mujeres, quienes "o bien mueren, se sacrifican y hasta acaban convertidas en monjas".

"¿Y cómo se traduce musicalmente un comportamiento machista?", se preguntaba el director. Porque más allá de las aptitudes técnicas, también se precisan actitudes que transmitan las diferentes personalidades de los personajes.

Zappa puso el acento en papeles como el de Capellio, el padre de Julieta, "con tono de recitativo", que en el caso de Julieta se convierte en "líneas de melodías largas", dos arias con suave orquestación que requieren resistencia y afinación, sensación de fragilidad y firmeza en los agudos.

En referencia a lo del travestismo, la historia de la ópera aparece cuajada de voces femeninas que interpretan papeles masculinos. Así lo hizo Bellini en la primera versión de esta tragedia en dos actos, la que se estrenó en Venecia en 1830, basada en el libreto del genovés Felice Romani -con toques de Zingarelli, referencia en la Italia de principios del XIX-, inspirada en una obra, de 1550, del escritor piamontés Mateo Bandello, quien llevó al papel cuentos y leyendas propias del imaginario popular.

Y, siguiendo la costumbre, también en este montaje de Ópera de Tenerife se recurre a unos Romeos "travestidos", interpretados en las voces de dos jóvenes "mezzos".

Así, en un determinado compás, la escena acogió a Christina Campsall y Aurora Faggioli. Ellas se han "travestido", por encima de los movimientos del cuerpo, "porque los músculos tienen memoria", dicen. Y es que no resulta sencillo, siendo mujer, caminar, mover los brazos, ponerse una camisa o acariciar como lo hace un hombre. "Cuestión de cadera", subraya Paoli.

Y dado que la ópera no tiene tiempo y sobrevive a épocas diferentes, desde lo clásico es posible abordar historias universales.

La "reggista" italiana se ha decidido por ambientar la historia de los amantes de Verona en la década de los años setenta del siglo XX, entroncándola con las familias mafiosas, con sus códigos de honor, sus pautas sociales, las alianzas de poder, el enfrentamiento y la muerte.

Paoli desveló durante la charla que se había decantado por "cambiar el foco de atención" de este montaje, no dirigiéndolo tanto hacia el discurso de la mujer sometida sino, ya desde la misma elección del título, prescindiendo del habitual y conocido "Romeo y Julieta" por el de "I Capuleti e i Montecchi".

"¿A qué conducen el odio y la guerra?", subrayó sobre un mensaje desde el que late la muerte de la inocencia.

De fondo, Paoli considera la ópera lírica como un género "emocionante" y apasionante, que puede llegar a los jóvenes (la sempiterna necesidad de atraer nuevos públicos). Ahora bien, "si quieres diseñar montajes históricos bellos, pero no dispones de presupuesto para vestuario, puedes acabar convirtiéndolo en un Carnaval". Eso sí, siempre quedará la creatividad en los tiempos de escasez, porque "desafortunadamente, la cultura no recibe dinero".

Giulio Zappa

director artístico de opera (e)STUDIO

Silvia Paoli

DIRECTORA DE ESCENA DE ÓPERA DE TENERIFE