El humor blanco e inteligente de Les Luthiers, como "espejo crítico y referente de libertad en la sociedad contemporánea", ha sido distinguido en Oviedo con el Premio Princesa de Asturias de Comunicación y Humanidades 2017.

Este grupo, que combina el humor con la música a través de unos instrumentos artesanales creados con materiales caseros (desde una ducha a latas de conserva), juega mucho con la crítica y el absurdo de las distorsiones de la vida cotidiana, con personajes de la política, artistas o "cantantes de medio pelo", como ellos mismos dicen.

Su humor se ha paseado por escenarios de medio mundo desde que hace medio siglo iniciasen su andadura artística en Buenos Aires, de la mano del ya fallecido arquitecto Gerardo Masana.

El germen fue un pequeño coro que utilizó instrumentos caseros para tocar una pieza que parodiaba una cantata barroca con un texto tomado del prospecto de un conocido laxante argentino, la "Cantata Laxatón", compuesta por Masana y en la que aparecía ya su famoso compositor ficticio Johann Sebastian Mastropiero.

Tras este éxito, iniciaron un periodo de perfeccionamiento de su estilo e identidad artística que les llevó a mostrar sus creaciones por todo el continente americano y España.

Desde 1967 han creado más de 30 espectáculos que, según recoge el acta del jurado, han convertido a Les Luthiers en "uno de los principales comunicadores de la cultura iberoamericana. Su original tratamiento del lenguaje, de los instrumentos musicales y de la acción escénica atrae a cientos de miles de espectadores de todas las generaciones, que les han convertido en un espejo crítico y en un referente de libertad".