Sereno, con la misma tranquilidad con la que un soldado contempla el campo de batalla del que salió ileso. Con el merecido descanso de no tener que preguntarse ¿quién se acuerda de ti?, pero con la misma voz juguetona que se sigue balanceando por las sonoridades del blues, el folk, el pop o el rock and roll. Tan natural como una buena lata de conservas en tiempos de hambruna... Así se comportó anoche Mikel Erentxun en el concierto que dio en el teatro Guimerá de la capital tinerfeña, donde estuvo acompañado por Fernando Macaya. Fue una velada en la que el cantautor alteró el contenido de "A un minuto de ti" para ubicarse a una distancia minúscula de un público que agradeció los latidos de "Corazones".

Nadie volvió a casa sin degustar algún "pincho" sonoro de un pasado que el ex de Duncan Dhu disfrazó de una acústica que solo son capaces de crear aquellos que están acostumbrados a cabalgar en soledad. Como el "bluesman" que repasa con nostalgia las estaciones por las que ya ha transitado su tren musical, Erentxun no quiso abandonar Tenerife sin cantar un tema que tomó prestado de Manolo Tena. Oír cómo "Marilyn Monroe" se asoma a su garganta es algo más que una tentación cuando la tristeza aún no ha hecho el equipaje... Mikel dice que quiere envejecer con dignidad, que no tiene en mente marcharse de un oficio al que llegó impulsado por "Cien gaviotas" y que todavía lo retiene en un duelo que emula las frías embestidas de las olas contra las rocas en un día de mar de fondo.