La exposición "Aire" reúne hasta el 22 de octubre, en la Casa Elder de Santa Cruz de Tenerife, sesenta y siete propuestas artísticas que se inspiraron en este elemento básico de la vida. La muestra, que cuenta con el mecenazgo de Logra Integral y Casa Toscal, presenta la obra de artistas de la talla del escultor Julio Nieto, quien presenta doce obras de bronce y acero y resina, de las cuáles cuatro son inéditas e inspiradas en el Ícaro, obra conocida por la exposición "Piel de Metal" que se llevó a cabo en la calle Valentín Sanz de Santa Cruz de Tenerife, entre otros espacios, en marzo de 2010. Nortápolis es la empresa de gestión cultural que se ha encargado de promover esta iniciativa.

A este escultor le acompañan en la muestra de la Casa Elder otros artistas de igual relevancia como son José Soriano, que presenta también cuatro esculturas en acero y madera y dos pinturas de gran formato; el pintor canario Alejandro Tosco, quien ha expuesto en ciudades como París y Nueva York, aporta cuatro pinturas. También se podrán ver cuatro obras de la pintora canaria Saro Ramírez; cuatro obras del pintor y psicólogo Alfonso Delgado, quien lleva más de treinta años de actividad artística con una propuesta que desentraña la existencia humana; y el arquitecto y pintor José Mármol, que presenta cuatro magníficas obras con el motivo del aire, el mismo que da nombre a la muestra.

"Aire" abre un espacio de lujo también para la fotografía, que en esta ocasión está representada por José Manuel Rodríguez, con seis obras en color y en blanco y negro; seis fotografías en blanco y negro de Raúl Jiménez; el color se recupera en la fotografía personal y absolutamente maestra de Beatriz Pallés Darias; el aire vuelve como elemento artístico en las ocho imágenes que presenta Nuria Machado; no menos vitales son las obras de Joaquín Galera que cuenta con seis fotografías y la instantánea de gran formato de Bo.Ba, en la que juega con el viento.

En total, sesenta y siete piezas que se reúnen en una exposición sin precedentes que tiene como hilo conductor el aire y con la que Nortápolis pretende lograr dos objetivos, por un lado incentivar la creación artística y por otro, aglutinar un compendio de obras para exponer que giren alrededor de una temática común, pero con interpretaciones de la misma tan personales como únicas.

Esto último es también un aliciente para la contemplación y el disfrute de la muestra, ya que propone una especie de juego interpretativo al espectador quien, obviamente, intentará adivinar dónde está el nexo entre obras dispares en su resultado final, pero surgidas a partir de la misma idea.

Con esta especie de juego lo que se espera es que la visita se convierta no sólo en algo meramente contemplativo, sino que el espectador se involucre y se despierte su interés, logrando que la experiencia sea gratificante y, ¿por qué no?, divertida.