La coalición política Unidos Podemos planteó, en el pleno del Congreso de los Diputados celebrado el pasado día 23 de octubre, una reforma del Código Penal cuya finalidad es liberar de pena determinados delitos, como el ultraje a España y a sus símbolos representados por la Bandera, el Himno Nacional y el Escudo; las injurias a la Corona; las ofensas a los sentimientos religiosos. También pretenden modificar el delito de Enaltecimiento del Terrorismo para que solo se puedan condenar opiniones en las que se haga referencia a la violencia directa y que estas tengan verosimilitud. Es decir, pretenden la derogación o modificación de algunos artículos del Código Penal por considerarlos "anacrónicos, obsoletos, e incluso, inadmisibles en una democracia actual".

Vamos a ver. Si la figura del rey, como máxima autoridad representativa del Estado, los símbolos identificativos de la nación española y el respeto que merecen los sentimientos religiosos de las personas, no se protegen, como ocurre en cualquier país democrático, ¿qué valores quedan a salvo de la liberación de castigo que estos políticos extremistas proponen?

Esta disparatada iniciativa de Podemos cuenta con el respaldo del PSOE y de sus socios de gobierno. Por su parte, el PP, Ciudadanos, UPN y Foro Asturias han manifestado su voto en contra, persistiendo en seguir defendiendo los símbolos constitucionales por tratarse del "reflejo de los mejores valores de la democracia española".

Para llevar a cabo esta disparatada propuesta se invoca la reforma de la Constitución Española. Algo que sorprende porque siempre que se invoca la Carta Magna no es mas que para vulnerarla.

Veamos. En todos los países democráticos, sus ciudadanos son instruidos desde la enseñanza infantil acerca del respeto que se ha de observar hacia los distintivos de la nación. Y nadie se rasga las vestiduras ni pretende eliminar desde las escuelas esta instrucción de respeto hacia su nación, porque forma parte de la educación ciudadana, ya que el respeto que se adquiere y transmite es un valor que implica una actitud de consideración respecto de algo o alguien por quien sentimos aprecio. Y esta virtud se adquiere desde la mas tierna infancia en el seno familiar y en la escuela.

Con harta frecuencia podemos ver y oír en las cadenas de televisión, durante la interpretación del Himno Nacional, con motivo de un encuentro deportivo en el que España se enfrenta a otro país, algo tan vergonzoso como pitar y abuchear al Himno Nacional, pero no solo al español, sino también al del país extranjero cuyos jugadores mantienen una actitud correcta con la mano derecha en el pecho mientras cantan las estrofas de su himno.

Respetar nuestros símbolos patrios significa respetarnos a nosotros mismos y a toda nuestra nación, ya que ellos nos representan como españoles. Es respetar la historia de España, del pasado y del presente porque respetando nuestros símbolos nos valoramos a nosotros mismos.

Respetar y cuidar los símbolos patrios que nos identifican como país es una manera de amar y apreciar lo que somos como nación porque ellos merecen el más grande y vivo respeto, pues no solo representan a la nación española, sino a la identidad de todos los españoles.

En resumen, el límite a la libertad de expresión se halla en el respeto al resto de los derechos que recoge la Constitución, de modo que si se despenalizan los insultos al rey se vulneran los sentimientos religiosos de las personas, las ofensas a los símbolos de la patria, etc., se conculca esta frontera que hace posible la convivencia.

Señor Dani Mateo, la libertad de expresión no es un salvoconducto para ofender cuándo, dónde, cómo y a quién quiera con su maldita gracia. ¡Un respetito, por favor!