Las nuevas tecnologías y cuentas propias son un bien del que cualquier insensato se puede aprovechar. Tras acudir a un conocido despacho de abogados, para tratar un asunto laboral, me comenta días después que a su secretaria le ha llegado un mensaje por el messenger de Facebook bastante subido de tono y que montó en cólera. Debe ser que no está acostumbrada, porque si uno enseña los que le llegan, que baje Dios y lo vea. Se supone que desde mi cuenta le envié algo demasiado sórdido. Pero si es cierto que muchos mandamos mensajes provocativos a relaciones que tenemos o hemos tenido, jamás se me ocurriría mandarlo a alguien que no conozco sino de hola y adiós. Parece que la interfecta y el sector femenino han montado en cólera en el despacho, sin que mi amigo pueda darme la oportunidad de decir que me han hackeado el móvil, y que similares mensajes han llegado a concejales, amigas de mi madre recientemente fallecida o abuelas. Leí en el muro de mi amigo Miguel Ángel Daswani que le había ocurrido lo mismo, y a tantos otros.

Me sorprende sobremanera la llamada de uno de los abogados del citado despacho, que lejos de llegar a una conciliación o hacer posible contar y llegar a la conclusión de lo que pasó, me telefonea para decirme que me va a desviar a otro despacho de letrados. Es una pena que pone de manifiesto que en esta realidad tan difícil por asentar muchos no tienen ni puñetera idea de cómo actuar. Yo no he hecho nada, no soy culpable de nada, ni conozco a esta señora más que de hola y adiós. He llevado a cabo todo lo que los más reputados profesionales me han aconsejado: que no acceda a redes públicas y que explicara en mi muro lo ocurrido, además de cambiar a una clave de la cuenta alfanumérica y acudir a la Policía. Lo he seguido todo a pies juntillas y quiero pedir disculpas a las personas que se hayan visto afectadas sin que las conozca de nada. Qué pena de actitudes y cuánto dicen de quien las toma. Internet es una jungla y en ella hay peligrosos animales y personas que creías amigas y te dejan solo y con el culo al aire cuando los has defendido a muerte en distintas contiendas que han mantenido. Qué pena, pero que pena de verdad.

@JC_Alberto