En declaraciones del alcalde de Santa Cruz de Tenerife, José Manuel Bermúdez (no las expuestas sobre la sentencia de Las Teresitas, suficientemente opinada), vuelven a destaparse para el ciudadano de a pie el abandono secular de estas tierras, con una desvergüenza intolerable, desde el Gobierno central. No hablamos de que se haya producido un olvido más en los Presupuestos Generales del Estado para 2017. No. Escribimos sobre la respuesta que, desde los despachos godos, le dedicaron a nuestro alcalde sobre el futuro de la playa de Valleseco. Y es que, ahora, la reivindicada playa no tiene ni pasado ni presente ni futuro. Al señor Bermúdez le regalaron un bofetón político y fresco en un despacho de Madrid que lo dejó estupefacto: no hay dinero para Valleseco en este año... ni nunca. Se han cumplido con los trámites para emprender un proyecto de estas características. Pero es que, además, sus compañeros del grupo de gobierno (PP) y los de su propia organización (CC) lo han abandonado a priori para, sin alharacas, rectificar después, pero dejando entrever unas maniobras lo suficientemente conocidas por nuestro Archipiélago que afectarán a más de uno.

El concejal de Urbanismo, nacido en Santa Cruz, estudió en Madrid y se ha atrevido a afirmar que los jueces no saben nada de esta materia. Este señor, que puede desdibujar las intenciones que el alcalde tiene en el magín y que van en beneficio de la mayoría, lleva dos años en ese puesto que afecta, entre otras obras, a todo el litoral de Santa Cruz. Por sus obras los conoceréis, pero al señor Garcinuño lo único destacable que se le ha visto (muy destacable, por cierto) es la defensa numantina y prepotente de la Ciudad de la Justicia en El Sobradillo, en contra, nada más y nada menos, de todos los jueces, fiscales, procuradores, abogados, secretarios y ciudadanos que apuestan por que la sede siga en Cabo Llanos. Esta incomprensible posición del concejal puede comprometer al alcalde. No olvidemos que la todopoderosa señora Oramas se cargó, literalmente, a Paulino Rivero por su constante enfrentamiento con el Gobierno central (PP), acurrucando a Fernando Clavijo en la alcaldía lagunera y preparándolo, igualmente, para la presidencia del Gobierno Canario. Que el señor Bermúdez haya "exigido" a sus compañeros que no voten los Presupuestos le ha valido recibir algún que otro aviso a navegantes.

El runrún que circula por las calles del Chicharro (por si le es de utilidad al concejal de Urbanismo) es el siguiente: el edificio Múltiplex 1, que se encuentra en la calle de La Marina, se convertirá en cómodos apartamentos y amplios pisos particulares, pasando sus dependencias oficiales hasta el hoy Palacio de Justicia; este último, como se sabe, quieren situarlo en El Sobradillo, en una parcela que está rodeada de una serie de terrenos... con nombres y apellidos (se repite lo del puerto de Granadilla). El asunto del Múltiplex 2, también Consorcio de Tributos, está aún sin definir, pero puede crearse una fusión. A la vista de estas tendencias, parece que las perras se agitan de nuevo. Hasta el presidente de la Audiencia Provincial de Santa Cruz de Tenerife ha expresado sus perplejidades.

Para esto se generan unas prisas que nadie entiende, pero no para devolver al pueblo chicharrero, desde el Palmétum hasta Anaga, aquellas playas y lugares de ocio que dinamizaban la capital de la Isla. Rectificando a los malintencionados, con Valleseco no se trata de acondicionar una cala. Existe un formidable proyecto que favorecerá no solo a los habitantes del barrio, sino a todo Santa Cruz (nadie lo cree, pero parece que habrá financiación conjunta de todas las Administraciones canarias para comenzarlo); María Jiménez sigue olvidado; al entrañable Balneario lo han enterrado; Los Trabucos, entullada; Las Teresitas, una vergüenza sucia y, encima, afeada por el negocio del Mamotreto (conocida la sentencia del pelotazo playero, el alcalde debe moverse y dejar ya las dilaciones); Las Gaviotas, Antequera, Tachero, Roque de las Bodegas, Almáciga, Benijo... Entre unos y otros, este litoral continúa ignorado y secuestrado.