El cronista recuerda aún una entrañable escena. Fue en el puerto de Amberes. Ernesto Salcedo y el cronista, en un mano a mano, con cerveza y charla, degustando una comida típica del país: moules y fritas. Y lo explicaré más adelante.

Los tristes hechos que ha vivido y sufrido en fechas pasadas Bélgica me aproximan al país donde fue reina la española Fabiola, de la que se guarda un buen recuerdo. El pueblo belga siempre aceptó, con afecto, su unión con el rey Balduino.

Históricamente, siempre ha habido lazos entre Bélgica y España.

-Je,je; pero no siempre tan felices, como usted da a entender, señor cronista.

-¡A ver a ver, cuente!

-Uff, no hay en su columna espacio para tantas historias..., incluso de miedo.

-¿De miedo? Ni que fuera usted el coco...

-¡Exactamente, soy el coco!

-¡Ja ja...¡ ¡Niños, a la cama! Me ha hecho usted recordar cuando mi madre me metía ese miedo ¡¡¡Niiiiño, a la cama..., que viene el coco!!!

-Pues en Bélgica, sepa, señor cronista, que el coco era un español.

-¡Señor, eso son cosas que pertenecen a la llamada Leyenda Negra que se inventaron los enemigos de España de aquella época ¡Pura envidia! Eso era cuando reinaba Felipe II y se decía aquello de que "en España nunca se pone el sol", dado su enorme imperio territorial.

-Sí, sí... Pero lo de "Niños, que si no os coméis las espinacas y se van a dormir pronto, llamo al Duque de Alba" es verdad que lo decían madres y abuelas a sus hijos y nietos.

-¡No será para tanto!

-¿Que no? ¿Sabe usted la cantidad de hostias que repartía el Duque en esas zonas, de Flandes, Holanda...?

-¡Pero eso ha cambiado, señores! ¡Y se lo digo a los dos!

(Se incorpora, un señor calvo, de bigote... Sonriente).

-¿Y usted cómo lo sabe, señor...señor...?

-Segura, José Segura.

-¡Ah ya, usted es político desde muchos años y...!

-Sí, sí, y cuando fui presidente del Cabildo Insular de Tenerife, al frente de una expedición numerosa de tinerfeños, en 1985, creo recordar, llevamos el Carnaval de Tenerife a Bélgica. ¿No lo recuerda?

-Claro, claro, era en lo que se llamaba Europalia, ¿no?

-Exactamente. Y ahí fue extraordinario el cariño que nos mostraron los amigos belgas. Aquella fiesta de España y Bélgica, en donde estuvo presente Canarias, y en donde se mezclaron las culturas clásica y popular ¡ Magníficas jornadas en Amberes y Bruselas, de gran recuerdo, señores!

-¡Ahí, ahí quería llegar! Rememoraba, señor, esas magníficas y culturales jornadas festivas..., y sus papas fritas y mejillones.

-¡Ya, ya! Ya lo leí en el título de su crónica.

-¡Ah, esos mejillones alargados ( no anchos, como los gallegos), con ese fuerte sabor a apio, chalotas y vino blanco y con papas fritas. "Moules-frites", saboreándolo al lado del maestro Salcedo.

Me queda en el recuerdo ese gusto, en los ojos el precioso paisaje y el colorido que impregnó en esos días el carnaval tinerfeño por calles, plazas y escenarios naturales.

Y hoy, en el corazón, el afecto a ese estimado pueblo herido por la barbarie terrorista.

Un abrazo, queridos amigos.