HOY que voy a comenzar con los temas locales, lo iniciaré con lo que para mí es una muy buena noticia, reclamada por la Tertulia 25 de Julio, por mí, en varias ocasiones, por el ingeniero militar José Manuel Padilla, y por muchas mas personas amantes de nuestro patrimonio histórico ¡tan abandonado! Y es que por fin el Gobierno canario, después de al menos 11 años de abandono, se decide a restaurar el histórico y espléndido edificio del siglo XIX, de un bonito estilo neoclásico, cuartel de San Carlos, considerado bien de interés cultural (BIC), gozando de un grado de protección ambiental, donde piensa invertir 1,35 millones, y convertirlo en la sede de los servicios jurídicos del Ejecutivo, esperando que los trabajos se encuentren finalizados durante el primer trimestre del próximo año. No cabe la menor duda de que esta rehabilitación y la de la plaza posterior del antiguo cuartel mejorarán la imagen de la capital, y muy especialmente del entorno de la Presidencia del Gobierno canario, que para mí era una vergüenza como estaba, siendo la primera y la ultima visión, según se entrara o saliera de la ciudad, para los visitantes de la misma.

Primeramente fue el Hospicio de San Carlos, construido en el siglo XVIII, en el mandato de capitán general Marqués de Branciforte, y el Estado se lo compró al Ayuntamiento en 1849, que con ese dinero construyó el teatro Guimerá. En mayo de ese año comenzó la construcción de un cuartel, por el ingeniero militar Luis Muñoz y Fernández Vázquez para 200 artilleros y 400 infantes. Posteriormente se convirtió en sede del Regimiento de Infantería de Tenerife, últimamente el nº 49, hasta su abandono para trasladarse a Hoya Fría en 1978, en la época del capitán general Prada Canillas.

Comprenderán Uds. que si un edificio como este, histórico, protegido, y en una zona que debería ser prioritaria, estaba abandonado y para más inri le pasaron las vías del tranvía por delante de su puerta principal, impidiendo así su acceso por el lugar lógico, ¿qué pasará lógicamente con otros edificios de menor entidad, como pueden ser el antiguo Balneario y la batería artillera del Bufadero, que cruzaba fuegos con las baterías de la plaza de Santa Cruz, Altura y Hoya Fría, durante la segunda guerra mundial, y otros muchos similares, como la torre de San Andrés, que están de pena? A este respecto hay que destacar el grado de abandono de una histórica fortaleza como es Paso Alto, que jugó tan importante papel el 25 de julio de 1797 contra Nelson, y que, encajonada entre el Club Militar del mismo nombre y la Escuela de Náutica, está totalmente fuera de servicio. En ese lugar podría colocarse un museo naval del que carece Santa Cruz y tanta falta le hace.

De igual forma se encuentran el castillo de San Juan Bautista, o Castillo Negro, y el antiguo polvorín de la Casa de la Pólvora, que actualmente están igualmente abandonados y deteriorándose. En el caso del polvorín, con un pequeño arreglo -no hace falta gastarse dinerales- del pavimento y las instalaciones podría convertirse en un museo de la obra del más celebre ingeniero y polifacético científico de las Islas: Agustín de Betancourt y Molina, nacido en el Puerto de la Cruz en el siglo XVIII, introductor de la ingeniería moderna en España y en Rusia, fundando las Escuelas de Ingenieros de Caminos en ambos países. Curiosamente, por decir algo suave, en Las Palmas, de donde era su padre, sí tiene una sala del Museo Miller, en la plaza de Santa Catalina, dedicada a su obra. Nada decimos de la desaparición del castillo de San Cristóbal en el siglo XIX, que da nombre a la calle del Castillo, nuestra principal vía comercial, bastión fundamental de la Gesta del 25 de Julio, y tantas y tantas obras del patrimonio defensivo, que si se hubiesen conservado constituirían un preciado recorrido turístico del que tan escaso estamos, así los apreciados turistas, especialmente los cruceristas, se limitan a ir de tiendas, o al interior de la Isla, al carecer de este tipo de recorridos culturales.

En cuanto a los edificios civiles, tenemos la Casa de Carta, en plena plaza de La Candelaria, núcleo importante de nuestra ciudad, entre otras muchas razones por ser lo primero que ven los visitantes, también sin uso, estropeándose, y mientras tanto alquilando edificios a un alto coste para las distintas administraciones. Remarcar el poco cuidado que se tiene con esta plaza, de tan privilegiado lugar, que en muchas ocasiones se llena de artilugios y armatostes para diferentes espectáculos y aprovechamientos. Al edificio del antiguo, y al menos para mí recordado, jet foil se le podría dar alguna utilidad, así como al edificio de los prácticos, que creo que también está sin uso. Por cierto, allí continúa atracado el correíllo "La Palma", donde al menos se le dedicaron un millón de euros, que recuerde, para restaurarlo y realizar cruceros turísticos por las Islas ¿Qué paso con eso?.

Continuamos con el edificio donde vivió el general Machado, frente al Ayuntamiento, reparado y sin uso, así como el edificio donde estaban las monjas, junto al Ayuntamiento, y al mismo tiempo llevando instalaciones municipales a Ofra, muy alejadas del centro de la ciudad.

Otra obra importante totalmente descuidada y sin uso, después de haberse gastado importantes cantidades de dinero en distintas ocasiones, es el Parque Viera y Clavijo, singular y bello edificio. Se gastan dinerales en adquirir viejos edificios como la Casa Pisaca y la Casa Siliuto, y el histórico e importante para Santa Cruz barrio del Toscal continúa de pena, lleno de casas viejas derruidas, llenas de deshechos y porquerías. Hay que dar facilidades a sus propietarios para que se construyan edificios, si es preciso conservando las fachadas, si merecen la pena, como se ha hecho en muchas ocasiones, y poner en marcha ya de una vez el PGO, pero, por favor, no peatonalicen demasiado.

Mientras tanto se han gastado importantes cantidades en proyectos que no se le han sacado la utilización y el rendimiento adecuado, como el barranco de Santos, cuyas instalaciones deportivas y paseos, escaleras mecánicas incluidas, se utilizan muy poco, sus vías no son utilizadas por el servicio de guaguas, y sin embargo no se canalizó adecuadamente el agua, produciéndose inundaciones tan pronto llueve con algo de intensidad, cuya única solución actual parece ser quitar el antiguo puente de hierro de La Concepción, el mas antiguo de la ciudad.

Para terminar, leo en la prensa que el diario británico The Guardian sitúa a Tenerife entre los cinco mejores lugares del mundo para vivir. Así debería ser por sus gentes, su clima y sus hermosos parques y plazas, siempre floridos. Pero la ciudad está sucia, no sé cuánto tiempo hace que no veo ningún vehículo limpiando las calles. La avenida de Anaga, principal arteria de entrada y salida de la ciudad, descuidados sus jardines, con preocupantes obras en la acera del puerto, con la amenaza de un proyecto que nos va a cambiar la vida, que no está nada claro para qué se hace y con qué fin.