Un repaso a los resultados al Congreso de los Diputados por la provincia de Santa Cruz de Tenerife desvela algunas constantes que diferencian a esta circunscripción de la de Las Palmas y que conviene tener en cuenta ante las generales del 28 de abril y en próximas convocatorias. Por ejemplo, que el peso de la tendencia estatal se da, pero en menor medida, o que el PP ha tenido mayor preponderancia en la Provincia oriental, al vencer, incluso, cuando a escala estatal lo hacía el PSOE (en 1993 y 2004), mientras que en la tinerfeña esto solo se ha dado una vez y a favor de los socialistas (1996).

No obstante, la diferencia más llamativa radica en lo asentado que se ha mantenido el voto nacionalista (eso que se presenta como "la voz canaria") en la provincia occidental desde 1986 (primero como AIC y, desde 1993, como CC), ya que siempre ha obtenido, al menos, un escaño. Esto contrasta con los vaivenes en la de Las Palmas, donde los flujos estatales y la fuerza del bipartidismo han sido más permanentes a excepción de 1979, cuando el nacionalismo de izquierdas y tendente al soberanismo logró el célebre escaño para Unión del Pueblo Canario (UPC) de Fernando Sagaseta. Un acta ahora secundada por P. Quevedo para NC (2015 y 2016), aunque gracias al pacto con el PSOE, salvo que, el 28A, NC pruebe su fondo electoral al ir en solitario, en línea con el peso de CC de 1993 a 2004.

Eso sí, ambas provincias demuestran la fuerza que tuvieron las visiones centristas en las Islas hasta 1989, primero con la arrasadora UCD (1977 y 1979) y, luego, con el CDS, lo que explica el diputado que logra Cs en cada circunscripción desde 2015, si bien la ruptura del bipartidismo desde entonces ha dejado a un Podemos más fuerte en Gran Canaria (2 actas, aunque con el riesgo de perder 1 en un mes y medio) que en Tenerife (1).

1977. La primera convocatoria electoral en España en libertad y pluralidad desde 1936 demostró en la Provincia tinerfeña la fuerza del poder y la apuesta por el salto a la democracia y la moderación que representaba la UCD de Adolfo Suárez, aunque había mucha tendencia a la derecha dentro. Nada menos que un 53,23% de los votos se fueron a la Unión de Centro Democrático, que obtuvo 5 escaños, el mayor número en la historia de ningún partido, con nombres como el recordado presidente del Cabildo entonces, José Miguel Galván Bello (en 1986, senador por ATI-AIC) o Alfonso Soriano Benítez de Lugo, luego en AP y PP. Solo el PSOE les hizo un poco de sombra, pero con un alejadísimo 19,34% y 2 actas para dos referentes: Luis Fajardo Spínola y Néstor Padrón.

1979. Aprobada la Constitución en referéndum (1978), Suárez convoca de nuevo elecciones y UCD no solo mantiene sus 5 escaños en la provincia tinerfeña, sino que sube en porcentaje hasta el nunca después conocido por nadie 56,78%. Repite Galván Bello de número uno y entra en el Congreso María Dolores Pelayo, que había logrado ser senadora por los centristas en 1977 y que, tras las crisis interna que los autoliquidó años después, decide dar el salto a un PSOE arrollador en 1982 y en el que se ha mantenido desde entonces, con mucha presencia pública en los 80 y 90. En ese 79, los socialistas apenas suben 2 puntos (hasta el 21,75%) y repiten en Madrid Luis Fajardo y Néstor Padrón. La UPC se acercó al escaño (8,38), pero tenía más fuerza en la otra provincia.

1982. Felipe González renuncia al marxismo tras subir muy poco en el 79, el Golpe de Estado del 81 supone un punto de inflexión, la crisis económica era aguda y el suicidio de UCD allanó el triunfo, hasta ahora insuperable, del PSOE de 1982 (202 escaños). Una victoria en jueves laboral (28 de octubre) que en la provincia tinerfeña se tradujo en 4 diputados (con Fajardo, Padrón Delgado, Pelayo y Francisco J. Castro), pero curiosamente con menos porcentaje de voto (40,9%) que la suma de la derecha de Fraga (AP, 24,55%) y una UCD (19%) casi extinguida en el Estado (de 168 a 11 actas), si bien con fuerza en esta circunscripción, por la que entró Luis Mardones (en el 86, ya en AIC). Por la derecha, se van a Madrid Rafael Clavijo y Arturo J. Escuder.

1986. Tras el ingreso en la CEE y el más que arriesgado referéndum de la OTAN de marzo del 86, el PSOE vuelve a ganar con claridad en el país (184) y en esta provincia, si bien baja al 39,89 y pierde un escaño (siguen Fajardo, Padrón y Pelayo). Hermoso logra el segundo lugar (18,3) y un acta para AIC (luego le sustituiría Mardones) y AP-PDP baja a uno (Baltasar De Zárate), mientras que el CDS de Suárez mete a Pablo Hurtado.

1989. Ni la insuperada huelga general del 14 de diciembre de 1988 debilita en exceso al PSOE (175 escaños), que en esta provincia sube de nuevo a 4 diputados y a un 40,65%. Mardones se convierte en el célebre voto 176 (impidió que González viviera una segunda votación de investidura por mayoría simple), mientras que Alfonso Soriano (PP) y Baltasar de Zárate Peraza (CDS) completaban la delegación tinerfeña en Cortes.

1993. Los sondeos daban casi por segura la victoria del PP (otra cosa eran las encuestas internas de ciertos partidos los últimos días), pero el PSOE los volteó y también venció en la provincia el 6 de junio del 93. Bajó a los 3 escaños del 86 (se mantuvo Pelayo, por ejemplo), pero venció por 6 puntos al PP (2 actas) y por 9 a CC (2 escaños). En esta legislatura, eso sí, y meses después de la censura a Saavedra, los nacionalistas inician sus 12 años de mayor presencia en Madrid desde ambas provincias (4), con Adán Martín a la cabeza por esta.

1996. El cambio de gobierno a escala estatal tras 13 años del PSOE, aunque solo por 291.000 votos y 15 escaños, no se reflejó, curiosamente, en la provincia tinerfeña, donde volvieron a ganar los socialistas, con 3 escaños y un 34,48% de los votos frente al 32,38 del PP de Aznar, que siguió con dos representantes. Los mismos mantuvo CC (2), que volvió a ser clave en la gobernabilidad, algo repetido desde 1993 salvo con la mayoría absoluta de los conservadores en 2000 y 2011 y tras la censura a Rajoy.

2000. El gran triunfo de Aznar también se notó con fuerza en Santa Cruz de Tenerife y los populares lograron vencer, aunque por un estrecho margen, a una CC que se convirtió, por primera vez, en segunda fuerza. La derecha obtuvo aquel domingo de Piñata carnavalera (12 de marzo) 3 actas y un 34,98 y los nacionalistas subieron hasta el 33,7. En el PSOE, Almunia había desbancado de aquella manera a Borrell de la secretaría general que le ganó en las primeras primarias y de la candidatura, por una dimisión no bien explicada hasta ahora. Los socialistas añadieron a sus siglas la coletilla "Progresistas" por su pacto estratégico y fracasado con la IU de F. Frutos para no perjudicarse en ciertas provincias (lo mismo que le pide Pablo Casado a Vox ahora), pero en esta provincia baja hasta el 26,34 y a las 2 actas habituales de la Transición. Eso sí, las mismas que, ahora, en 2019, aspira a recuperar, pues bajó a una en 2016 y la tercera parece casi quimérica ante la pluralidad actual.

2004. El impacto del 11M y, aún más, la gestión informativa del PP volteó el resultado que apuntaban la mayoría de encuestas el 14 de marzo de 2004, si bien algunos sondeos internos de partidos ya daban un empate técnico y a un Zapatero al alza. El PSOE recupera la victoria en esta provincia (no así en la oriental) con más de 4 puntos sobre el PP, con un 35% frente a un 30,91, y 3 actas ante las 2 conservadoras. Mientras, CC sigue manteniéndose fuerte y consolida sus 2 escaños con un 28,34. Al resto de fuerzas, y como desde 1993, casi ni se les espera, con la excepción del 5,22% de IUC en 1996.

2008. El momento de mayor bipartidismo en España, pues el PSOE y el PP aglutinaron como nunca los votos y porcentajes en el país, confirmó lo fiable que seguía siendo, pese al panorama global, el voto a CC en la provincia. Los nacionalistas, que unen sus siglas desde entonces a las del PNC, siguen con 2 actas y un 29,6% de apoyo. El PSOE reedita victoria y lo hace subiendo un punto y medio (hasta el 36,49), mientras que el PP baja unas décimas (30,17), aunque siguen con un reparto de 3 y 2 diputados. La gestión de la crisis del PSOE, por supuesto, cambió todo el panorama tres años y medio después.

2011. Un PP consciente de que se les venía encima una dura etapa de recortes y crisis continuada arrasa el 20 de noviembre (Zapatero eligió ese día, pero ya le había sustituido Rubalcaba como candidato). En la sede santacrucera de los populares, esa noche había una alegría tensa, como sabiendo que vendrían años difíciles. Los conservadores suben 14 puntos (hasta el 44,8) y logran su tope histórico de 4 representantes, mientras un PSOE deprimido y que languidece desde entonces (aunque ahora parece invertir la tendencia) tuvo que recurrir, de nuevo, a José Segura para, junto a Patricia Hernández, asegurar, al menos, 2 actas (23,5). CC siguió con 2, si bien bajó mucho, hasta el 19,79, por un claro trasvase al PP que ya se notó en las locales de mayo de ese año.

2015. La pluralidad irrumpe con fuerza en 2015 y la provincia lo nota. El PP pierde 16 puntos (28,9) y, aunque gana con 3 escaños, paga sus recortes y la llamada "nueva política". El PSOE sigue su caída (2 actas, pero menos apoyo: 21,5), mientras que Podemos, con A. Rodríguez, se le acerca mucho (1 escaño y un 19,86%). CC baja a cuarta fuerza (Ana Oramas y un desconocido 12,58%) y Cs entra a última hora con un 10,52%.