En las últimas semanas, los profesionales de la Sanidad y las urgencias han tenido que enfrentarse a varios episodios de violencia provocados por pacientes en diferentes situaciones. Si el pasado 13 de agosto una mujer acabó detenida como presunta autora de un incendio que obligó a evacuar a parte del Hospital Universitario Nuestra Señora de la Candelaria, el pasado domingo fue arrestado un varón de 71 años por amenazas de muerte a una enfermera en el área de Urgencias de dicho centro porque no le retiró una sonda cuando él lo solicitó. En Jinámar (Telde), un vecino solicitó una ambulancia, pero otro individuo pretendía que lo atendieran primero a él y, como no se le hizo caso, causó destrozos por más de 2.000 euros en el vehículo. En base a los datos oficiales ofrecidos por la Consejería de Sanidad, el pasado año hubo casi 50 agresiones físicas y verbales más que en 2016. Y en lo que va de 2018 se han registrado 226 casos.

La secretaria provincial del Sindicato de Enfermería (Satse), Ramona Mendoza Arzola, recuerda que en mayo pasado se lanzó la campaña "Stop agresiones" para frenar este fenómeno. Mendoza señala que en 2017 hubo, oficialmente, algo más de 300 agresiones en total, de las que casi 250 fueron verbales; 18, físicas, y las restantes, con carácter mixto (es decir, insultos, amenazas y ataque físico).

Para Satse, estas cifras "no reflejan la realidad", ya que "la mayoría de compañeros rechazan denunciar si el caso no es grave, ya que les generaría molestas y distorsiones en su trabajo". Sin embargo, Mendoza estima que "deben comunicarlo para visualizar el problema y que se tomen medidas". Considera que "el primer objetivo es que no se pueden consentir este tipo de agresiones". La portavoz del Sindicato de Enfermería apunta que ocho de cada diez profesionales han padecido en su trayectoria algún tipo de ataque, verbal o físico. Según las estadísticas, el 51% de los casos ocurren en las Urgencias hospitalarias, el 33% en Atención Primaria (centros de salud) y el 15% en las plantas de hospitalización.

¿Cuáles son las causas de este fenómeno? Para la delegación provincial de Satse, la crisis económica, la saturación en las Urgencias, las crecientes listas de espera o la falta de suficiente personal sanitario son factores que contribuyen a un empeoramiento de la situación. Para Mendoza, "el hartazgo del usuario lo paga su cuidador, que no es el culpable" de los problemas de la sanidad. El pasado miércoles, la Dirección del Hospital Universitario Nuestra Señora de la Candelaria realizó una visita interna de trabajo al servicio de Urgencias, en la que estuvieron delegados sindicales de prevención y donde se abordaron cuestiones planteadas en reuniones previas. Una de ellas fue el refuerzo de personal de seguridad en dicho departamento, que consiste en poner un vigilante y contar con un nuevo puesto interno para el control de acceso. Además, se contempla implantar medidas tecnológicas en este apartado, pero, por ahora, no se especifican cuáles.

El presidente del Colegio de Médicos, Rodrigo Martín, apuesta por informar adecuadamente a los ciudadanos, ya que no toda la maquinaria de última generación, fármacos o conocimientos pueden encontrarse en la sanidad pública actualmente, frente a las manifestaciones que efectúan algunos políticos, que dan a entender a la población "que los usuarios tienen derecho a todo, y eso no es cierto".

Este representante de los facultativos también advierte de que, en ocasiones, un profesional realiza el trabajo que corresponde a tres, cuatro o cinco compañeros, con lo que las listas de espera aumentan de manera significativa.

Rodrigo Martín Hernández explica que por parte del Colegio de Santa Cruz de Tenerife se ofrecen cursos para sus integrantes sobre cómo actuar y qué decir ante pacientes que se muestran violentos.

Además, reclama que los jueces apliquen la ley con contundencia para que algunas personas reflexionen antes de cometer estos delitos.