La Consejería de Educación está elaborando un censo de máquinas expendedoras ubicadas en los centros escolares de Canarias para regular qué tipo de productos ofrecen. Esta decisión forma parte de la adaptación de la Ley nacional de Seguridad Alimentaria, aprobada en 2011, que establece que "en las escuelas infantiles y en los centros escolares no se permitirá la venta de alimentos y bebidas con un alto contenido en ácidos grasos saturados, ácidos grasos trans, sal y azúcares". Estos contenidos tendrán que establecerse reglamentariamente.

La titular del departamento, Soledad Monzón, explicó ayer que su departamento está trabajando en la regulación de la publicidad permitida dentro de los centros escolares, otra de las indicaciones que se recogen en los artículos del texto normativo. Según esta ley, "las escuelas infantiles y los centros escolares serán espacios protegidos de la publicidad". Por ello, "las campañas de promoción alimentaria, educación nutricional o promoción del deporte o actividad física en los centros, así como el patrocinio de equipos y eventos deportivos en el ámbito académico deberán ser previamente autorizados por las autoridades educativas competentes, de acuerdo con los criterios establecidos por las autoridades sanitarias que tengan por objetivo promover hábitos nutricionales y deportivos saludables y prevenir la obesidad".

La titular de Educación hizo estas declaraciones en el marco de la presentación de la tercera edición del programa para incentivar el consumo de frutas y verduras entre los escolares canarios.

En la misma línea, el Gobierno andaluz aprobó recientemente una ley de promoción de la salud que establece el máximo de calorías y grasas trans que pueden contener los productos que se vendan en los colegios. Además, incorpora multas para los centros que lo incumplan y un aumento del horario de educación física. El Gobierno de Canarias, de momento, no prevé adoptar una normativa similar. En Canarias, la prevalencia de menores con obesidad y sobrepeso es del 44,2%, según datos de 2014 recordados ayer por el consejero de Sanidad, José Manuel Baltar. Estos porcentajes tienen una incidencia directa en el índice de niños que padecen diabetes infantil. De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), estos indicadores provocan el incremento de enfermedades cardiovasculares, así como algún tipo de cáncer.

A pesar de estos indicadores, Baltar explicó ayer que no es partidario de un "impuesto al azúcar", porque considera que no tiene un efecto en el consumo si sus beneficios no tienen carácter finalista.

Por su parte, el presidente de la federación tinerfeña de padres (Fitapa), Eusebio Dorta, volvió a insistir en la necesidad de reducir la venta de estos productos en el entorno escolar.

Un total de 80.228 escolares de 375 centros educativos de toda Canarias se benefician este curso del Plan de Consumo de Frutas y Verduras, que impulsa el Gobierno de Canarias a través de sus consejerías de Agricultura, Educación y Sanidad.

El programa, que consiste en repartir estos productos durante el recreo, pretende que los escolares de todo el Archipiélago se habitúen al consumo de este tipo de alimentos más saludable y ha aumentado respecto al curso anterior un 47% el número de escolares beneficiados (54.270 alumnos la edición anterior) y un 78% el de centros en los que se desarrolla (210 colegios en el curso 2016/2017).

El consejero de Agricultura, Ganadería, Pesca y Aguas, Narvay Quintero destacó ayer, en la presentación de la nueva edición del programa, la importancia de que los menores se acostumbren a consumir productos saludables, de manera que sean ellos quienes luego exijan la misma alimentación en sus casas. Esta iniciativa, presentada por Narvay Quintero en compañía del consejero de Sanidad, José Manuel Baltar, y la consejera de Educación y Universidades, Soledad Monzón, consiste en el suministro de frutas y hortalizas a razón del suministro semanal de una ración, de entre 120 y 180 gramos, durante 10 semanas (entre febrero y mayo) a escolares de entre 3 y 12 años de centros públicos de las Islas, según detalló Quintero.

Los productos que se reparten son frescos y preferentemente del entorno en el que se distribuyen y en caso de que esto no sea posible, se puede complementar previa autorización del Instituto Canario de Calidad Agroalimentaria (ICCA), con producto no cultivado en Canarias.

Los productos que se reparten serán, entre otros, zanahoria, pepino, tomate, plátano, naranja, melón, sandía, fresa, fresón, papaya y otros cultivos tropicales. El programa incluye materiales didácticos para que los docentes trabajen con los escolares en el mismo sentido: fomentando hábitos saludables en los centros escolares.