Las Trichodesmium erythraeum, también conocidas como microalgas, han sido las grandes protagonistas del verano en las Islas. Hace ya tanto de la última vez que nos visitaron estas cianobacterias que hemos olvidado cómo hace un lustro también visitaron las playas de Lanzarote.

Este año, no obstante, han estado especialmente activas en todas las islas, un fenómeno que aún no se había vivido a tal escala. Los expertos apuntan al cambio climático como una de las posibles causas de su afloramiento, aunque la realidad es que su floración exagerada depende de muchos factores.

El primero de ellos es el calor, y es que las altas temperaturas que han llegado a Canarias también han acabado calentando el océano. Los vientos son los otros protagonistas indiscutibles de este fenómeno, pues cuando los alisios soplan con fuerza, las cianobacterias se propagan en alta mar. No obstante, durante estas semanas, el mar ha estado en calma y la brisa no ha sido suficiente como para apartar a las microalgas de la costa. Por tanto, estas se han estado moviendo simplemente siguiendo las corrientes marinas.

Por último, y como la guinda del pastel, el último ingrediente es la calima. El polvo sahariano que trae consigo este fenómeno es rico en hierro, según informó Sergio Rodríguez, investigador de la Aemet en el Centro de Investigación Atmosférica de Izaña. "Son nutrientes que utiliza la cianobacteria para realizar la fotosíntesis", remarcó Rodríguez, que insistió en que el hierro actúa como lo haría un fertilizante en un jardín.

"El fertilizante hace que las plantas empiecen a crecer rápidamente y a competir entre ellas", algo similar a lo ocurrido con las microalgas. Estas bacterias además, tienen una singularidad y es que no fagocitan otros "bichos", sino que realizan la fotosíntesis. Una característica única en este tipo de organismos, que además, fueron de los primeros que reinaron La Tierra y la oxigenaron.

Son organismos microscópicos y unicelulares, sin embargo, visibles al ojo humano. De hecho, son las únicas cianobacterias que se pueden observar a simple vista. Están formadas por filamentos que se unen para formar esas grandes capas marrones y viscosas que ahora invaden las playas. Esta especie es además, la causante de que el Mar Rojo sea literalmente de ese color. Aunque no se conoce la causa de este tinte, se sabe que su proliferación desmedida tiene mucho que ver con su cercanía con el desierto del Sáhara.

Se debe recordar que nada tienen que ver estas bacterias naturales con vertidos tóxicos o fecales. Es un "fenómeno natural", aunque suele ser más frecuente en el Trópico, según ha remarcado en diferentes ocasiones la Dirección General de Salud Pública del Gobierno de Canarias.

En conclusión, las microalgas son unas pobres incomprendidas que solo querían ayudar a oxigenar la Tierra y que nos hemos empeñado en confundir con vertidos y residuos.