La Consejería de Empleo, Políticas Sociales y Vivienda ha empezado a luchar contra los centros de mayores que se encuentran en condiciones "preocupantes", lo que podría derivar, según la importancia de las irregularidades, en el cierre total del local.

Para ello pretenden reforzar la inspección de todos los centros, haciendo especial hincapié en los privados, pues son en los que han encontrado este tipo de situaciones. De hecho, desde la Consejería aseguran que "todas las plazas públicas - 9.605 plazas en toda Canarias, de las que 4.788 tienen carácter residencial y 4.817 son de estancia diurna- están reguladas".

Francisco Gaspar Candil González, viceconsejero del área, admitió que hay "algunos casos" que les han preocupado y por ello han decidido que tienen que intervenir: "Lo que estamos intentando es impulsar protocolos con distintas inspecciones para ir teniendo un mayor control sobre las residencias que están prestando servicios para los mayores en Canarias", explicó Candil.

"Desde el primer momento", remarcó, "lo que hemos hecho es intentar mejorar la situación que tiene la inspección de centros, porque es verdad que tiene que mejorar en cuanto a dotación de personal y en materia de protocolos de colaboración con otras entidades". Además, el viceconsejero admitió que también "hay que mejorar la normativa en cuanto a la acreditación y a la prestación de los servicios en centros de mayores".

Por esta razón, tanto él como el director general de Trabajo, José Miguel González, y el inspector territorial de la Seguridad Social, Francisco Guindin, se han reunido con el fin de establecer unas líneas de actuación coordinadas y dirigidas a incrementar estas inspecciones.

El objetivo es que el Gobierno de Canarias tenga las herramientas suficientes para asegurarse no solo de que "los centros cumplan con todos los requisitos de calidad en los servicios establecidos y fijados por el Decreto de ordenación, autorización, registro, inspección de centros y régimen de infracciones, sino también que a nivel laboral sus empleados cuenten con la formación adecuada y exigida para este tipo de establecimientos".

El viceconsejero informó de que, tras esta reunión, han decidido impulsar un protocolo que permita que, cuando se lleven a cabo inspecciones, vayan "acompañados de un inspector laboral para también saber cuál es la situación de los trabajadores que se encuentran en ese centro".

Candil adelantó que también se está "avanzando" en acuerdos con los servicios de la Dirección General de Salud Pública, adscrita a la Consejería de Sanidad, "de cara a establecer una actuación conjunta hacia los controles alimentarios", así como con el propio cuerpo de la Policía Canaria, con la que espera presentar un protocolo y que la colaboración se convierta en una herramienta de trabajo.

Denunciar ante una situación anómala

Si algún usuario, ya sea familiar o un profesional del centro, se encuentra con una situación irregular, lo primero que debe hacer es denunciar.

"Denunciar a la Policía, la Fiscalía, ante la propia inspección o, incluso, por internet", recordó Francisco Gaspar Candil, viceconsejero de la Consejería de Empleo, Políticas Sociales y Vivienda. "Cualquier situación anómala o en la que no se esté cumpliendo con la normativa, debe informarse", instó el consejero.

Candil garantizó que la inspección, ante estas situaciones, "reacciona de forma inmediata". Así, remarcó que, desde que se recibe la denuncia, el organismo acude a "hacer una visita para corroborar la situación", pues siempre se intenta confirmar que hay una situación donde se incumple los requisitos pertinentes, para poder tomar las medidas necesarias.

Hay distintas irregularidades que se pueden denunciar, entre ellas aspectos arquitectónicos o de calidad en cuanto a los servicios que presta la residencia. Asimismo, también pueden encontrarse en aspectos relacionados con el ratio de personal-pacientes y de otras prestaciones que tienen que cumplir.

Todo esto no tiene que significar "el cierre total del centro", según admitió Candil. Muchas veces con una mejora para volver a estar al día es suficiente.

"Gracias a Dios, la mayoría de las faltas son leves, como tener los extintores caducados", insistió Candil. Aún así, y aunque no son faltas "gravísimas", son situaciones que hay que revertir y, para hacerlo, la colaboración de familiares y profesionales resulta totalmente necesaria.