Si hubiera un termómetro que marcara la temperatura política en Canarias, la isla de La Palma y el norte de Tenerife tendrían en estos momentos los registros más elevados. En ambos lugares, y a golpe de moción de censura, un mecanismo legal que se sigue usando con cierta ligereza, los cambios políticos se producen sin prisa pero sin pausa modificando el mapa político que se constituyó tras las elecciones autonómicas y municipales del año 2011.