Asociaciones canarias de padres de niños con cardiopatías congénitas, el jefe de la unidad de Cardiología Infantil del Hospital Materno de Gran Canaria, Pedro Suárez, y el cirujano del Policlínico San Donato de Milán Gabriele Iacona han exigido hoy que Las Palmas tenga un servicio de cirugía cardiaca que atienda a este tipo de pacientes a cualquier edad.

Así lo han reiterado hoy los portavoces de estas asociaciones Gonzalo Hernández y Dolores García, y los dos especialistas tras conocer que el Servicio Canario de la Salud (SCS), que en su día planteó cerrar la unidad de cirugía cardiaca pediátrica, la única de Canarias, propone ahora su continuidad a partir de un convenio con el hospital público de La Paz (Madrid) que sustituirá al que ha regido desde 2001 con el centro privado de Milán.

Los padres y los especialistas han criticado que el SCS les haya dejado al margen del proceso por el que ha decidido cambiar el centro hospitalario con el que seguirá desarrollando la misma fórmula de colaboraciones externas que ha estado vigente hasta ahora y han considerado que ésta no acaba con la incertidumbre que genera a los afectados y sus familias.

A su juicio, esta fórmula no soluciona los problemas que se plantean, después de los catorce años, a los afectados con cardiopatías congénitas, unas dolencias que suelen precisar de varias intervenciones quirúrgicas más allá de la infancia.

Las dos asociaciones han denunciado que el SCS se niega a estudiar una alternativa que permitiría ahorrar a la administración sanitaria canaria cinco millones de euros al año, y que consiste en la puesta en marcha, con recursos propios y con profesionales que están dispuestos a venir a Canarias a trabajar en él, de un sólo servicio de cirugía cardiaca para la provincia de Las Palmas que cubra las necesidades de pacientes de cero a cien años.

Tanto Pedro Suárez como Gabriele Iacona han insistido en que esto es posible y han cuestionado, al igual que los padres de niños afectados con estas dolencias, la efectividad de seguir prorrogando acuerdos con centros hospitalarios que operan fuera del archipiélago, dado que son temporales y no evitan los desplazamientos y las derivaciones a centros concertados de los afectados de más de catorce años.

Gonzalo Hernández ha subrayado que la fórmula de los acuerdos con centros externos comenzó a funcionar en Canarias a raíz de una auditoría realizada en 2006 por el propio SCS después de que se detectara "un alarmante número de casos fallidos" en la unidad de cardiología infantil y ha instado a la directora del servicio, Juana María Reyes, quien también lo era entonces, a que explique el contenido de esa investigación.

A juicio del representante de la Asociación Canaria Tricontinental de Cardiopatías Congénitas, el presidente del Gobierno regional, Paulino Rivero, debe apartar de sus funciones a Reyes ya que "las negligencias" que se han cometido durante su mandato "la incapacitan" para seguir ocupando el puesto.

Además, ha recordado que la Consejería de Sanidad del Gobierno canario fue la que decidió en su día cerrar la unidad de cirugía cardíaca, por lo que es responsable "de cerrar las heridas que abrió al crear una alarma social innecesaria".

La representante de la Asociación Corazón y Vida, Dolores García, ha recalcado que las familias de niños con cardiopatías congénitas de Canarias "no están en contra de ningún profesional que venga a prestar ayuda y a formar" a los que ya trabajan en el archipiélago, si bien agregó que el nuevo cirujano que ha contratado el SCS en el marco del convenio suscrito con La Paz "sólo ha hecho prácticas un verano" en materia de cardiopatías congénitas.