La creación de un parque subacuático en la costa de El Tablado (Güímar) es una reivindicación de un grupo de vecinos desde hace más de una década. El Pleno municipal llegó a respaldar esta iniciativa con un acuerdo adoptado en mayo de 2016, pero la Autoridad Portuaria y el gobierno municipal no han movido pieza al respecto. En esta localidad del litoral de Agache no se olvidan: "Este proyecto no lo puede desarrollar ninguna asociación de vecinos ni de otro tipo; este proyecto lo tiene que abanderar el Gobierno de Canarias, a través de la Consejería de Turismo, y conseguir los apoyos del Estado y del Cabildo. Sin siglas políticas y contando con la oposición, si quiere sumarse".

Gerardo de la Rosa, expresidente del colectivo vecinal y uno de los impulsores del pecio, incide en la vía política como la solución, recordando que "el anterior delegado del Gobierno, Enrique Hernández Bento, ya nos pedía un proyecto, sin fisuras entre promotores y administraciones, para comenzar a andar, pero quedó en nada. La foto de familia Güímar, Tenerife, Canarias y Estado es hoy más necesaria que nunca".

Gerardo de la Rosa y Fran Bautista, también vecino e impulsor del parque subacuático, señalan el camino a seguir. "El paso es crear la Mesa del Arrecife, con representación de las administraciones central, regional e insular, que son las que tienen que poner los medios técnicos para que el proyecto salga adelante. Si no es así, volverá a fracasar". Y tiran de memoria para señalar que "resulta hasta cómico acordarse de las apreciaciones de Ricardo Melchior cuando habló de lo que se puede o no hundir como su argumento para rechazar esta idea. Lo normal es que en los fondos marinos se encuentren barcos (pecios) en sus fondos. Hemos sido capaces de crear en La Palma una atracción submarina con la figuras de Los Enanos, en el fondo de Lanzarote crearon un pueblo pesquero y en Mogán (Gran Canaria) hemos creado los restos de la Atlántida".

El Colectivo Independiente El Tablado (una asociación) tiene claro que el parque subacuático de Güímar es riqueza para el municipio, para la comarca y para la Isla. De la Rosa explica que "El Puertito de Güímar servirá como base de operaciones y la franja de esa localidad entre la costa y la autopista es apta para crear una zona de servicios y hotelera. Hay un ejemplo similar en La Restinga (El Hierro), donde la atracción de sus fondos marinos es esencial para su elevado PIB. Estamos seguros que Güímar tiene en esta iniciativa un recurso para florecer".

La creación de un taller de empleo "para jóvenes marginados, académicamente hablando", es otro factor en el que incide el colectivo. Y lo explican: "Hay que hundir los barcos para que en los años siguientes el pecio cobre vida. Previamente, la escuela taller formaría a estos jóvenes en soldadura y corte, porque alguien tendrá que descontaminar y limpiar los barcos y para hacer los orificios de babor y estribor, medidas de seguridad para el submarinista; y tendrán que aprender idiomas, convertirse en técnicos profesionales de equipos submarinos y adquirir conocimientos de gestión empresarial". Es decir, "también hay que generar formación y empleo para los habitantes de la comarca porque estamos ante un subsector que mueve mucho turismo especializado y de poder adquisitivo".

Solo hay ventajas y las mejores condiciones para hacerlo

Gerardo de la Rosa destaca que un pecio hoy "solo aporta de ventajas y la recuperación de la flora y la fauna de nuestros fondos marinos". Por eso, "seguimos recibiendo llamadas de clubes catalanes y mallorquines, sobre todo, que nos trasladan su asombro porque este proyecto haya sido aparcado y nos muestran su apoyo. Ellos se benefician de las ventajas de un proyecto como este". Desde El Tablado "seguimos trasladando a la clase política que Tenerife está ante una oportunidad inmejorable para ofrecer otro atractivo turístico. Es una idea que surge de la suma de aportaciones de clubes, organizaciones ecologistas y hasta de cuerpos submarinistas del Estado". Si bien es cierto que "hay lugares que son verdaderos cementerios submarinos de pecios en los que imperan los peligros de la inmersión, con la presencia especies peligrosas y que superan los 30 metros de profundidad, el caso del que planteamos es todo lo contrario, puesto que las condiciones de la costa de Agache nos favorecen y son idóneas para la práctica del submarinismo.