El Juzgado de Instrucción 2 de Redondela ha decretado el ingreso en prisión provisional para el acusado de matar de un disparo a un joven la noche de San Juan en el municipio pontevedrés, después de que este último le pidiera que no orinara en la playa.

Fuentes del Tribunal Superior de Justicia de Galicia detallan que la juez lo investiga por un delito de asesinato consumado y otro en grado de tentativa, en relación con otro joven al que disparó pero no llegó a dar.

José Luis L.P., de 43 años y con antecedentes penales por atracos, tráfico de drogas y tenencia ilícita de armas, llegó custodiado a las 11:20 horas en medio de un amplio dispositivo policial y fue recibido por un grupo de un centenar de personas que profirieron gritos de "asesino".

Además del presunto autor de los disparos declararon ayer en el Juzgado de Instrucción 2 de Redondela cinco testigos del suceso en el que falleció Daniel B.P., de 25 años.

Un suceso que se originó, según las primeras hipótesis, porque la víctima mortal y un amigo fueron a recriminarle a José Luis L.P. que estuviese orinando desde una barandilla hacia la playa de Arealonga, donde estaban pasando la noche de San Juan.

José Luis L.P. fue detenido poco más tarde con un arma de gran calibre en su poder cuando ya se había subido a un taxi en el que pretendía huir del escenario del crimen, gracias a las indicaciones de varios particulares, en especial de uno que lo vio entrar en el vehículo.

Tras bloquear el taxi, los policías se abalanzaron sobre él para evitar que pudiera hacer uso del arma de fuego, que ya tenía en su mano para disparar contra los agentes, según detallaron fuentes policiales.

A las 5:45 horas la Policía Nacional recibió varias llamadas de particulares que informaban de que había habido un tiroteo en la playa de Arealonga y que uno de los disparos había alcanzado a una persona, que estaba muy grave.

Los profesionales de Urgencias Médicas que se desplazaron al lugar confirmaron su muerte.

Cuando fue interceptado el taxi en el que se había subido, no paró de bracear y dar patadas y de intentar hacer uso de su arma de fuego mientras forcejeaba con los policías en el asiento trasero del taxi, hasta que lo acabaron reduciendo.