Cuando, en febrero de 2011, el grupo de alumnos AMEC remitió a los medios informativos un comunicado en el que atribuía a una "negligencia" de la Facultad de Psicología el retraso en la tramitación de unas becas, no imaginó que su iniciativa derivaría en un embrollo de tal calibre que se prolongaría durante meses en los tribunales y que estaría cerca de costar a algunos de sus miembros la expulsión de la Universidad de La Laguna (ULL).