Los actuales propietarios del inmueble que albergaba el desaparecido hotel Delfín, ubicado en el núcleo lagunero de Bajamar, adquirieron el edificio en el año 2000 con la intención de continuar ofreciendo servicios de hostelería; sin embargo, el declive del turismo en esta zona costera y la consiguiente búsqueda de nuevas posibilidades hicieron que el proyecto inicial derivase en el Centro Especializado en Alzhéimer Delfín Bajamar.

Esta residencia, que aloja a sus primeros usuarios desde el pasado 1 de octubre, es la primera de España privada especializada en alzhéimer y en todo tipo de demencias y enfermedades cognitivas, una iniciativa ambiciosa promovida por el empresario Manuel Lorenzo Hernández Morales, dueño del hotel Palmeras Playa (Puerto de la Cruz) y uno de los pioneros del sector turístico en la Isla.

Según explica la gerente del centro, Candy Hernández Luis, se trata de un proyecto que ha supuesto una inversión de dos millones de euros y en el que se ha buscado "conseguir una instalación de la más alta categoría". Tanto es así que, señala, no se escatimaron esfuerzos a la hora de realizar una obra que obligó a modificar toda la edificación anterior para ajustarse a los requerimientos de una clínica de estas características. "Por ejemplo, los pasillos, solo por 50 centímetros de ancho, los tuvimos que tirar y dejar el edificio en el esqueleto", puntualiza.

Así las cosas, Hernández califica de "maravilloso" el resultado final, y sostiene que, ahora, el objetivo del equipo de profesionales del geriátrico es trabajar con los residentes brindándoles "mucho cariño y una atención que los haga sentirse como en sus casas". Para ello, los mayores tendrán, además de los tratamientos propios de este tipo de centros, actividades de animación y diversas terapias novedosas en el ámbito de su enfermedad.

En total, la residencia dispone de 55 habitaciones entre individuales, dobles, triples y cuádruples. En ellas residirán 119 mayores en diferentes modalidades según sus necesidades y las de sus familias: centro permanente de día; unidad de noche, para aquellos pacientes que solo se alojen en estas dependencias en horario nocturno; centro de día, y la denominada "unidad de respiro familiar", destinada a usuarios que tienen que ingresar durante períodos limitados debido a las circunstancias de sus cuidadores.

Además, esta instalación -en cuya construcción la familia Hernández Luis contó con el asesoramiento de la Asociación de Familiares de Enfermos de Alzhéimer de Tenerife (Afate)- ofrece, según exponen desde el geriátrico, servicio médico, enfermería permanente o tratamientos de fisioterapia y logopedia. Así, cuando todas las plazas estén ocupadas, se dará trabajo a 68 empleados.

Uno de los aspectos en los que mayor énfasis hace Candy Hernández es en la transparencia del centro. "Siempre estará abierto para que cualquier familiar pueda ver lo que quiera", subraya para avalar las prácticas que se aplicarán. Asimismo, apunta que "hay habitaciones para que los familiares se queden a dormir", así como que existe la posibilidad de que los allegados esperen, para su tranquilidad, hasta que el usuario se duerma o que coman con él.