ORDENANDO nuestros archivos relativos a los estudios de turismo, de cara a una nueva andadura por estas lides, nos hemos encontrado, días pasados, con un documento importante en nuestra vida turística donde aparece un resumen de una conferencia pronunciada por nosotros en el Cabildo Insular de La Palma, bajo el título de "Política de desarrollo turístico".

Entrando en la oportunidad de su contenido, podemos observar, quizás de forma sorprendente para algunos, la actualidad de los conceptos que se expusieron allí, hace nada menos que más de cuarenta años. Veamos algunas muestras:

"Estamos situados en un área de enorme rentabilidad turística o, como diría Funes Robert, de gran renta de situación. En Canarias no solo poseemos clima y bellos paisajes, sino que podemos ofrecer importantes muestras folclóricas auténticas y legendarias reliquias monumentales, arqueológicas e históricas. Véase, por ejemplo, el significado que en la promoción turística tienen los lugares colombinos, la singular importancia del volcán Teide, de la Caldera de Taburiente, la Montaña del Fuego... En fin, de todo lo relativamente distinto que tenemos en el Archipiélago, que, por suerte, es bastante. A todo esto hay que añadirle, como factor principal y signo evidente de nuestro progreso turístico, aunque desconocido quizás para un noventa por ciento de nosotros, el carácter abierto, el carácter sencillo, el hermoso y sin género de dudas singularísimo trato del canario, del que cada día estoy mucho más convencido. Yo añadiré a esto -y quisiera que fuese de forma contundente- el buen hacer del canario; hombre castigado por el tópico del "aplatanamiento", es, sin lugar a dudas, y hablo solo de la geografía nacional, uno de los trabajadores más fabulosos y constantes que se puedan encontrar. Yo he visto informes de carácter internacional en los cuales se llama la atención, incluso a los propios presidentes de gobierno, sobre este particular, y se pide el desplazamiento a Canarias de comisiones que estudien cuanto sabemos hacer, y cómo hemos robado lugar a la roca para hacer brotar una platanera, o para realizar una plataforma como solar de un emplazamiento turístico. Esto, señores, no lo debemos perder ni dejar que otros lo aprovechen antes que nosotros.

Debemos, pues, estar prestos a la nueva situación que se plantea: pasar de ser "comprado" a tener que "vender" nuestros recursos, nuestras realidades o, hablando en los términos económicos normales, nuestro producto.

Estructuremos con verdadera profundidad las motivaciones de nuestra actividad turística y busquémosle su auténtico contenido para conocer realmente nuestras posibilidades. Pongamos en línea nuestros recursos y dejemos a un lado -desechemos- aquello que nos iguala a otras zonas de influencia en el área de promoción. Sentemos nuestras bases promocionales sobre la "no competencia" sabiendo, como sabemos, que tenemos muchas cosas que ofrecer con estas importantísimas características en el campo de la promoción turística.

Sentadas a grandes rasgos estas elementales bases para informar acerca de las posibilidades del turismo en Canarias, parece consecuente llegar a plantearse de una forma enérgica y decidida un plan de acción que suponga esa política de desarrollo turístico, que da nombre a esta charla y cuyo principal fin es despertar la conciencia de un quehacer necesario -si no indispensable para nuestra subsistencia- en el que todos debemos colaborar de una forma seria, honrada y permanente.

Parece oportuno señalar que debe existir un común acuerdo entre la iniciativa privada y los poderes de la Administración para ordenar, coordinar, impulsar, iniciar y proseguir cuantas iniciativas y posibilidades sean convenientes en el desarrollo turístico de la región que hemos tomado como tipo.

No olvidemos -como dijo Funes Robert hace solo unos días- que en los últimos diez años el turismo ha proporcionado a España unos 8.000 millones de dólares, cantidad que es exactamente la mitad a la que los americanos consignaron para un Plan Marshall que levantó toda Europa después de la última guerra mundial. Estos datos son más que suficientes para ver el impacto que deben de haber producido estas divisas en la economía de España, y que consolidan al fenómeno turístico, sin ningún género de dudas, como nuestra mejor y más segura fuente para el desarrollo de las islas.

Para aprovechar estas riquezas, para que seamos nosotros quienes recojamos los principales frutos, tenemos que prepararnos en las técnicas del mercado turístico, investigando, canalizando, ordenando y orientando debidamente nuestras posibilidades. Unidos todos con honradez, con seriedad, con estudios razonados y conscientes, es como únicamente obtendremos una meta firme. Tenemos todo para ello. Canarias, punto clave en la encrucijada del movimiento turístico mundial, debe ser la "posada y camino" del mismo. Para aprovecharlo y para que sus mejores beneficios queden entre nosotros, debemos ir hacia una continua información, una continua puesta al día y un continuo intercambio de opiniones".

Organización Mundial del Turismo, de las Naciones Unidas