APARECEN piratas en Togo, en el golfo de Guinea, y trincan a un petrolero químico con bandera chipriota. Se cree, por los antecedentes en la zona, que para robar combustible. Medio secuestran a una tripulación con mayoría filipina y a cinco españoles con un primer oficial paisano de Santa Úrsula.

Lo que nos faltaba. Apresaron al "Mattheos I", de 183 metros de eslora y con una capacidad de 46.000 toneladas, que zarpó de Rotterdam (Países Bajos) a comienzos de agosto con una carga de gasóleo rumbo al puerto de Lomé, la capital de Togo.

El Ministerio de Asuntos Exteriores, que dice mantener una línea "discreta, eficaz y con reservas" -es decir, que no informa de nada-, asegura que la falta de noticias es buena. Que el silencio por parte de los captores refuerza la teoría del hurto que se maneja desde el inicio, lo que significaría que una vez los secuestradores se hayan hecho con la carga de combustible del buque -valorada en unos dieciocho millones de euros- dejarían a la tripulación en libertad (el 70% de la población de la región cobra el equivalente a unos dos dólares por día).

El capitán del barco es peruano y el vicecanciller de la República especificó que el secuestro, calificado como incierto, pudo haber ocurrido en alta mar, donde los piratas suelen actuar. El Gobierno de Filipinas, por su parte, aseguró que el buque fue abordado a cincuenta millas de la costa togolesa cuando trasvasaba gasóleo a un barco noruego y que todos los tripulantes, catorce de ellos del país asiático, se encuentran sanos y salvos.

Para que realmente pudieran montar un secuestro de personas, como en Somalia, tendrían que tener básicamente dos cosas: 1.- bases operativas a las que sea muy difícil localizar y llegar. En esta zona no parece que cuenten con las mismas amplitudes de territorio descontrolado que en el cuerno de África, que está al otro lado del continente; 2.- capacidad de cobrar el rescate, cosa que no es tampoco fácil de inventarse sin experiencias previas.

Sheena Campbell, portavoz de la empresa responsable del barco, señaló en declaraciones a Efe que el robo de combustible es la hipótesis que maneja y, pese a admitir que no hay garantías, confían en que liberen a la tripulación una vez concluya el robo, como ha ocurrido en casos similares. Campbell indicó que saben "más o menos" dónde se encuentra el barco sin dar más detalles. Con todo, las principales hipótesis apuntan a que lo más probable es que hayan sido conducidos hacia Nigeria, que es donde se localiza la mayor parte de esta actividad delictiva.

Togo (oficialmente la República Togolesa) es un país de África Occidental de seis millones de personas que limita con Ghana al Oeste, Benín al Este, Burkina Faso al Norte y el océano Atlántico al Sur. Ahí se encuentra su capital, Lomé, en una costa en la que, salvada su aglomeración principal con 1,6 millones de habitantes, predomina la explotación de la palma oleífera. Si el barco ha sido trasladado a Nigeria, ha tenido que pasar también por Benín, que con unos ocho millones de habitantes tiene una costa igualmente muy reducida. Son países en la órbita francesa muy pobres; Benín, un poquito mejor con unos 1.500 dólares de renta per cápita (cuando Togo no llega a los 900 dólares).

Lo cierto es que el susto y la tortura para los veintitrés tripulantes no se los quita nadie y debe de ser tremendo. Al igual que ellos, sus familias lo deben de estar pasando muy mal. Por esa zona se valoran mucho las cargas de combustible y en la misma Nigeria hay continuos saqueos de líneas y transportes de abastecimiento que producen cientos de muertos cada año. Los actos de piratería han aumentado notablemente en los últimos meses, de ahí que países como Estados Unidos y Francia desplegaran fragatas el pasado mes para ahuyentar este tipo de ataques. Igualmente, Benín y Nigeria acordaron el pasado agosto hacer patrullas conjuntas en sus aguas para luchar contra lo que parece un nuevo modus operandi de extorsión que va a obligar a llevar torretas y medios de seguridad.

Esperemos que el asunto se resuelva sin daños, eso es lo más importante, y pronto. Incluso antes de que este artículo se publique, aunque lo que hay que exigir después es que se haga todo lo posible para que no pueda suceder que jugando con fuego se vaya alguien a quemar.