El núcleo poblacional de Casas de la Cumbre lleva años sufriendo las consecuencias del mal estado de sus senderos. Así, el presidente de la asociación de vecinos El Til, Fulgencio Ramos, reclama que se mejoren los caminos de este enclave del macizo de Anaga.

El dirigente vecinal reprueba que siempre se trabaje en "las mismas veredas" y exige que se cumpla un orden de prioridad que beneficie a las zonas habitadas. "Van a los mismos sitios; arreglan una y a los tres meses vuelven a trabajar en ella", plantea.

De esta manera, proponen desde el colectivo que "arreglen lo peor que está" si no hay dinero para todo, pero que no se detengan en actuaciones que no son necesarias. "No hace falta incidir en los tramos que ya están más o menos bien", indica Ramos.

Uno de los principales argumentos que esgrime el presidente para que se ejecute la remodelación de los senderos tiene que ver con el envejecimiento de la población de esta zona: "Deben darse cuenta de que aquí vive gente de avanzada edad a la que le es imposible transitar por esos caminos en mal estado".

Según la asociación de vecinos, la mejor solución sería que estas vías tuvieran "una rampa a un lado y escalones al otro", dado que así se permitiría un acceso más fácil para las personas enfermas, que, en ese caso, podrían ser bajadas en sillas de ruedas, en lugar de "cargadas al hombro o en camillas, que tienen muchísimas dificultades porque los giros de estos caminos son muy cerrados".

Asimismo, Fulgencio Ramos reprocha que se le dé más importancia al senderista que "al caminante de la zona, al que tiene que pasar el motor de arar o al que debe atender su huerta". "Desde la Consejería de Medio Ambiente me dijeron una vez que prevalecía la prioridad de los senderistas sobre los motocultores", se lamenta.

"Que no me digan a mí que los senderos están arreglados hasta las viviendas y hasta las huertas, porque es mentira", expone el máximo responsable del colectivo El Til, que agrega que también hay que poner puntos de luz "en un montón de caminos que son intransitables por la noche".

"Esto no es como Santa Cruz o La Laguna, donde la gente se baja de la guagua en la puerta de su casa, sino que a nosotros nos deja en la carretera y tenemos que buscarnos la vida", comenta para justificar que las pistas se deben mantener en buenas condiciones.

Los más dañados

Ramos hace énfasis en el estado del sendero de La Hoya, cuyas barandas no existen en algunos tramos y están rotas en otros. Además, la maleza obstruye el paso y carece de muros que impidan que la tierra caiga sobre el firme. Sin embargo, el principal problema, afirma, está en que en una parte "no hay camino".

Desde la asociación vecinal también llaman la atención sobre el estado del camino que une La Degollada de Las Hijas con La Era de Las Hijas, del de Los Laureles o del de La Canterilla; aunque puntualizan que sus peticiones son para la mayoría de los senderos y para algunas entradas a casas.