Los vecinos de los caseríos de Anaga están cansados de que sus demandas, básicas desde hace muchos años, no se tengan en cuenta por parte del Ayuntamiento de Santa Cruz y el propio Cabildo de Tenerife al estar encuadrados en el corazón del Parque Rural de Anaga. Desde hace muchísimo tiempo esas demandas están comandadas por el presidente de la AAVV El Til-Casas de la Cumbre, Fulgencio Ramos Jiménez, quien no cesa en su empeño de situar los caseríos de Anaga con unos servicios y equipamiento mínimos, que se deben traducir en puntos de luz en las veredas y caminos, infraestructuras para esperar las guaguas, la adecuación de caminos y los derechos de los agricultores a atender sus terrenos y a utilizar los senderos como han hecho siempre sin que eso suponga un problema para la salud.

Restricciones

En este sentido, Ramos está cansado de solicitar soluciones a los innumerables problemas a los que se enfrenta el vecino de los rincones de Anaga, unos inconvenientes que nacen de la falta de equipamientos y servicios en todos los rincones, de infraestructuras en condiciones y de prohibiciones sobre el terreno. Al respecto, el representante vecinal pone de manifiesto que "al campesino no le dejan realizar su labor y luego los políticos se las echan de que tienen el Parque Rural de Anaga. Nosotros, los vecinos, contribuimos de manera fundamental al paisaje del territorio, del equilibrio que debe existir entre la agricultura y el monte, pero desde hace ya mucho tiempo ese equilibrio está desapareciendo poco a poco".

Dice Fulgencio que "está desapareciendo porque se le ha dado prioridad al senderista sobre los vecinos ya que no podemos utilizar los senderos, nuestros senderos de toda la vida que siempre hemos utilizado para trabajar en el campo, para trasladar por ejemplo las papas desde los terrenos a la carretera".

"Nos prohíben carretillas o motores para la tierra cuando somos nosotros los que mantenemos el concepto de lo que es el Parque Rural de Anaga. Por cierto, más del 75% del parque es privado, pero no tenemos derecho a nada. Las normas y reglas que han impuesto son muy coercitivas, sobre todo para los vecinos que vivimos allí", dijo indignado.

Asegura el presidente de la AAVV El Til que "los senderos están cubiertos de vegetación y no tienen mantenimiento y algunos los han dejado con escalones que son difíciles de sortear por los vecinos que se ocupan del campo o que lo transitan de lado a lado. Están hechos para senderistas, pero para el vecino que se dedica al campo no han hecho nada de nada. Es una vergüenza que esto ocurra, ya que lo tienen fácil para permitir la convivencia del agricultor y del senderista con sólo ampliar los senderos y permitir el paso de los motores y las carretillas. Si no lo entienden, alguno se debería echar un saco de papas de 30 kilos al hombro y cargarlo hasta casa... Lo iban a pasar muy bien", ironizó.

No quiso dejar escapar la ocasión para criticar la falta de ayudas para instalar también "guinches" con los que cargar los productos de la tierra desde los terrenos a las carreteras y salvar la orografía del terreno. "Se solicitaron ayudas, hubo buenas intenciones, pero al final nada de nada. Lo que siempre ha ocurrido. Lo único que digo es que hace falta que se nos proteja porque nosotros sí que cuidamos el monte y su entorno. Somos parte indivisible de Anaga".

Poca visibilidad

Pero aquí no queda la queja de los vecinos. El presidente del colectivo vecinal, Fulgencio Ramos, denunció abiertamente la falta de puntos de luz en este caserío que tiene las viviendas dispersas y que mayoritariamente están habitadas con personas de cierta edad. Al respecto, explicó que "se han incrementado en el caserío los actos vandálicos y la gente tiene miedo. Ese miedo, también, viene por la poca visibilidad de los caminos y teniendo en cuenta la dispersión que existe y la avanzada edad de la población, se hace necesario que se instalen nuevos puntos de luz y que se adecuen los que ya están y que están tapados por la vegetación".

Protección

En este sentido, estimó que en el entorno "hacen falta, al menos, 31 puntos de luz, cuestión que ya ha sido puesta en conocimiento del Ayuntamiento de Santa Cruz sin que hasta el momento y después de tres años (febrero 2008) hayan atendido nuestra demanda".

Otra de las cuestiones importantes es la construcción de marquesinas para esperar las guaguas. Sobre este aspecto Ramos asegura que harían falta al menos siete de ellas, ya que Anaga casi siempre está bajo la nube, la bruma o la lluvia.

"Para cualquier persona que espere una guagua en este lado -apunta- es una auténtica tortura". También está la señal de televisión, que hasta 13 asociaciones de vecinos del entorno de Anaga han pedido al ayuntamiento su mejora para que por fin se les equipare a otras zonas del municipio.

Recordó, además, la alta tasa de desempleo que existe en el lugar e invitó a los responsables del Parque Rural a contratar vecinos que conocen muy bien el entorno, sus caminos y sus laderas. "Deberían contratarlos por el conocimiento que tienen, pero no hacen caso. Luego, cuando hay problemas, piden ayuda a los vecinos, que son los que realmente conocen el terreno", concluyó.