El Colegio de Veterinarios de la provincia de Santa Cruz de Tenerife estima que, cada año, pueden ser abandonados en la isla unos 3.000 animales de compañía. Aunque no existe un cálculo exacto sobre este fenómeno, el presidente de la citada entidad, Jorge de Miguel, comentó ayer que el refugio de Valle Colino, que cubre las necesidades de los municipios del área metropolitana, acoge anualmente a un millar de ejemplares que pierden la protección de sus dueños. En base a dicha información, De Miguel considera que dicha cifra se puede triplicar si se suman los casos que afectan al Norte y al Sur de la isla.

El Colegio de Veterinarios firmó ayer un convenio con el Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil, con el fin de que los agentes de dicho grupo tengan una clave de acceso a la base de datos Zoocan, donde figura la identificación de unos 450.000 animales en todo el Archipiélago. Por parte del Instituto Armado, el acuerdo fue ratificado por el segundo jefe de la Comandancia y jefe de Operaciones del cuerpo en las islas occidentales, Manuel Touceda.

En el citado archivo, los profesionales del Seprona podrán buscar a un determinado ejemplar, tanto mediante el chip como por los datos personales del propietario. De esta forma, los guardias civiles controlarán la identificación de animales durante las 24 horas para casos de pérdida, abandono o maltrato, así como ante cualquier incidente en el que esté involucrado un animal, sobre todo perros y caballos. Con esta nueva herramienta, los agentes podrán reducir tiempo y agilizar los trámites para aquellos casos de animales perdidos o robados, ya que sus dueños podrán ser localizados telefónicamente. Además, el acceso a la base de datos también será de suma utilidad para los casos de accidentes de tráfico provocados por animales.

Manuel Touceda recordó que los casos de abandono o maltrato animal pueden ir desde una infracción administrativa hasta una falta grave o a un delito, en función de la gravedad del hecho. En cuanto a las penas, la más grave contempla entre uno y tres años de prisión.

De Miguel reconoció que "sabemos que todavía hay un número importante de animales sin identificar", aunque matizó que cada vez son más los propietarios que deciden colocar el microchip en su mascota, no solo para evitar las sanciones, sino también para localizar a los animales con más facilidad en caso de pérdida.

De Miguel señaló que la responsabilidad de mantener actualizado el censo de identificación de animales de compañía corresponde a los ayuntamientos, entre los que hay algunos que lo hacen bien, otros regular y otros mal. En cualquier caso, según el presidente del Colegio de Veterinarios, no más de un 20 por ciento de los consistorios tienen completamente actualizado su censo.

De los 450.000 ejemplares identificados en la base del Zoocan, casi 433.000 son perros y, de estos, unos 13.884 pueden estar calificados como potencialmente peligrosos. En cuanto a los canes registrados, 109.000 son ejemplares dedicados a la caza.

De Miguel comentó que en sus últimas cuatro visitas al Parque Nacional del Teide ha visto a varios podencos abandonados y recordó que, además de provocar accidentes o resultar heridos, estos animales pueden causar alteraciones en las zonas protegidas. El veterinario insistió en la necesidad de educar a la población, entre ella a los niños, acerca de que la tenencia de una mascota es una responsabilidad. Recomendó que, cuando se vaya a adquirir una, se tengan en cuenta las obligaciones que supone. Para ello sugirió que se valore si es posible tener una mascota, cuál es la idónea y que de ninguna forma puede ser abandonada ni maltratada.