El rey Mohamed VI de Marruecos anunció que el referéndum sobre la nueva Constitución, que anoche presentó al país en un discurso televisado, será el próximo 1 de julio, y llamó a todos los ciudadanos a votar para aprobar la carta magna.

En su alocución, de 24 minutos de duración, el monarca repasó las principales novedades que introduce la reforma constitucional, centradas en el nuevo estatus que tendrá la figura del monarca en la carta magna y en la profundización de la separación de poderes.

Así, el rey anunció la creación de la figura del presidente del Gobierno, en lugar del actual primer ministro, que será por ley la cabeza de la lista más votada y que gozará de nuevas prerrogativas como la disolución de la Cámara de Representantes (cámara baja).

De igual forma, el presidente del Gobierno podrá presidir el Consejo de Ministros -algo que hasta ahora sólo podía hacer el monarca- siempre y cuando el rey delegue en él, y también designará a ministros y altos cargos de la administración.

Mohamed VI destacó, de igual forma, la división del artículo 19, sobre la persona del rey, en dos artículos claramente diferenciados: uno que le erige como Comandante de los Creyentes, es decir, el líder de la comunidad musulmana marroquí, y otro que consagra su estatus como "jefe del Estado" y como "árbitro supremo" que vela por la preservación de la democracia.

En su discurso, el monarca pidió a partidos y sindicatos, "que han participado con libertad y compromiso en la elaboración de este proyecto", que movilicen a sus bases "no solo para votar en el referéndum sino también para aplicar la nueva Constitución".

"Vuestro primer servidor responderá a su deber nacional y votará a la Constitución", señaló Mohamed VI en su alocución.

Horas antes de su discurso, el Consejo de Ministros de Marruecos, presidido por el rey Mohamed VI, aprobó la nueva Constitución del país. Una semana antes el presidente de la Comisión Consultiva sobre la Reforma Constitucional (CCRC), Abdelatif Menuni, entregó al monarca el borrador de la nueva carta magna, elaborado por esta instancia.

El 9 de marzo, el monarca anunció "una reforma constitucional profunda", pero el Movimiento 20 de Febrero, que ha protagonizado las manifestaciones prorreformas en el país, tachó de "insuficiente" el anuncio y reivindicó que una Asamblea Constituyente elegida democráticamente redactase la nueva carta magna.

El borrador, facilitado la noche del jueves a los partidos políticos y sindicatos, señala que la persona del rey es "inviolable" en lugar de "sagrada", como era el monarca desde la primera constitución del año 1962.

La nueva carta magna consagrará que Marruecos es "un Estado musulmán", una demanda reclamada con insistencia en los últimos días por los islamistas.

Respecto al Parlamento, la Cámara de Representantes (cámara baja) conseguirá un mayor poder legislativo, mientras que la Cámara de Consejeros (cámara alta) mantendrá su naturaleza como institución de representación de sindicatos y comunidades territoriales.

Contra el transfuguismo

El texto agrega que si un diputado de cualquiera de las los dos cámaras cambia su pertenencia política durante el mandato legislativo, perderá su calidad como miembro del Parlamento, en un claro intento de acabar con el transfuguismo dominante en la escena política marroquí.

La nueva carta magna, compuesta de un preámbulo y 180 artículos -frente a los 108 que tenía hasta ahora-, reconoce también al "amazigh" (bereber) como idioma oficial. En este aspecto, los islamistas no han conseguido imponer su visión arabizante de la sociedad.

Por otro lado, se creará un Consejo Supremo de Seguridad, que reservará al monarca el control efectivo sobre las Fuerzas Armadas y los cuerpos de seguridad del Estado y que también estará formado por el presidente del Gobierno, los presidentes de las dos cámaras del Parlamento, los jefes de los cuerpos de seguridad y representantes del Ejército.

Asimismo, el borrador estipula por primera vez que la Justicia es un poder independiente y se creará un nuevo Consejo Supremo del Poder Judicial, presidido por el Rey, encargado de velar por la independencia de los jueces.

Otra de las novedades es que la Constitución otorgará a la comunidad marroquí residente en el extranjero el derecho a voto y a presentarse a las elecciones.