Los candidatos que en las elecciones autonómicas y locales del 22-M emplearon las redes sociales para comunicarse con los ciudadanos lograron buenos resultados en las urnas, excepto Francisco Camps, que consiguió mayoría absoluta en la Comunidad valenciana sin tener ningún perfil propio en la red.

Esta es una de las conclusiones del estudio "Utilidad de los medios sociales en los resultados electorales de mayo de 2011", realizado por la agencia de relaciones públicas Ketchum Pleon para evaluar el uso que han hecho algunos candidatos de las redes sociales como Twitter, Tuenti o Facebook.

Considera el estudio que el uso de estas redes en la política está aún en fase experimental, ya que, aunque los políticos son conscientes de "su enorme potencial", todavía no tienen definida una verdadera estrategia 2.0.

El informe compara, en los escenarios de mayor confrontación política, la importancia que han dado a la red y concluye que su uso es muy heterogéneo y desigual según educación digital de cada uno.

Un panorama que, según vaticina, irá cambiando a medida que se acerquen las elecciones generales.

Lo que constata, en cualquier caso, es que a los políticos que han empleado las redes sociales para "interactuar, participar, responder a los ciudadanos" e incluso seguir atendiéndolos tras las elecciones, les ha ido bien en las urnas.

Y así la directora de Ketchum Digital subraya el caso del candidato del PP en Extremadura, José Antonio Monago, "cuya estrategia para conseguir la victoria estuvo basada en responder e interactuar activamente todos los días en sus perfiles, hablando de forma abierta sobre el programa, su vida personal e inquietudes con los votantes".

También destaca el caso de los canarios Paulino Rivero (CC) y José Manuel Soria (PP), porque "han demostrado ser muy innovadores en este tipo de comunicación" mediante perfiles en diferentes redes como YouTube y con blogs actualizados a diario; en Sevilla, Juan Ignacio Zoido (PP), también confió en este tipo de estrategia.

En el caso opuesto están Alberto Ruiz Gallardón (PP), en Madrid, o Jordi Hereu (PSC), en Barcelona, ambos sin apenas actividad.

Y José María Barreda (PSOE), en Castilla-La Mancha, tras perder las elecciones del 22-M no contestó a nadie en la red.

Al comparar escenarios, en Madrid, Esperanza Aguirre llegó a tener 48.748 fans y 27.034 followers, con perfiles actualizados a diario por su equipo, datos que suponen cuatro veces más que los de su oponente del PSOE, Tomás Gómez, y que Alberto Ruiz Gallardón.

Gómez logró aumentar sus fans en Facebook hasta llegar a los 11.640, y utilizó un perfil en Twitter "muy dinámico", según el estudio, que no obstante le achaca no haber aprovechado las "enormes posibilidades" de las redes sociales, al igual que Aguirre.

"No se han servido de su interactividad. Las han usado como un canal más para lanzar sus mensajes y críticas, pero no ha servido como foro de debate", concluye el informe.

De los candidatos al Ayuntamiento de Madrid, se destaca que Ruiz Gallardón utiliza las redes de forma "muy desigual", que tiene un "escaso crecimiento en fans y seguidores" el cual refleja la "poca importancia" que da a este medio.

En este ámbito, el documento asegura que "la batalla entre él y Esperanza Aguirre en cuanto a popularidad en Madrid la pierde muy claramente en las redes sociales" con un número de fans casi diez veces inferior a los de la presidenta de la Comunidad.

Respecto al candidato socialista al ayuntamiento, Jaime Lissavetzky, se reseña que sólo tiene 1.242 fans y 1.043 followers tras la campaña, que es menos activo de Gallardón, y que al igual que él tiene escaso "tirón mediático"; de hecho, algunas de sus actualizaciones no han recibido ni un solo comentario.

En suma, el análisis apunta que la importancia que ambos candidatos han dado a las redes sociales ha sido "casi nula" y que las han empleado "como un canal más de transmisión de su día a día de campaña" sin provocar interactividad ni suscitar debates.