El primer ministro griego, el socialista Yorgos Papandréu, remodelará hoy su Ejecutivo y se someterá a un voto de confianza del Parlamento, tras fracasar las conversaciones con la oposición conservadora para formar un gobierno de unidad nacional.

"Voy a seguir por el mismo camino. El camino del deber, junto con el grupo parlamentario (socialista) y el Gobierno", afirmó el primer ministro sobre su determinación en aplicar las medidas de austeridad que salven al país de la quiebra, en un mensaje difundido al país por la televisión nacional griega.

La decisión de Papandréu se produjo en medio de la grave crisis por la que atraviesa Grecia, que, a la espera de que los países del euro lleguen a un acuerdo sobre la deuda que le atenaza, vivió ayer la tercera huelga general del año.

Al conocerse el ofrecimiento inicial de Yorgos Papandréu de dimitir para dar paso a un gobierno de unidad, el euro cayó por debajo de los 1,42 dólares.

La Bolsa de Atenas llegó a bajar más del 3 por ciento, para cerrar con pérdidas del 1,88 por ciento respecto a la jornada anterior.

Papandréu sondeó la disponibilidad de los líderes de la oposición a participar en ese Ejecutivo de consenso, con el fin de garantizar su apoyo al nuevo y duro programa de austeridad y privatizaciones que el país debe acometer para evitar la bancarrota.

El Movimiento Socialista Panhelénico (Pasok) cuenta con una mayoría absoluta de 155 escaños de un total de 300 en el Parlamento, después del abandono de uno de sus diputados por discrepancias con las políticas de ajuste, y requiere de 151 votos para que el nuevo programa de austeridad por valor de 78.000 millones se apruebe, y Grecia pueda seguir recibiendo así ayuda externa.

"Estamos en pie"

"El gobierno durante 20 meses ha librado con dedicación la batalla para salvar al país de la quiebra. Y estamos en pie", destacó el jefe del Gobierno.

Añadió que pidió a la oposición que se sumara "al esfuerzo nacional, ya que el deber es nacional y no partidista".

"Hoy volví a proponer nuevas propuestas a los líderes de todos los partidos para conseguir el necesario consenso", dijo el primer ministro griego en su mensaje televisivo.

Yorgos Papandréu acusó a la oposición mayoritaria conservadora de Nueva Democracia de utilizar las impopulares medidas de austeridad de forma partidista "y no con responsabilidad política y nacional", proponiendo "condiciones que no son aceptables ya que mantienen al país en una continua inestabilidad".

La exigencia de unidad y consenso para aplicar los duros recortes sociales proviene de los acreedores de Grecia, aunque los propios socios del Eurogrupo no logran ponerse de acuerdo sobre la mejor forma de ayudar a Atenas para evitar la quiebra.

La conservadora Nueva Democracia ha condicionado el apoyo a un gobierno de unidad a la renegociación del acuerdo firmado hace un año con la UE y el Fondo Monetario Internacional (FMI), por el que Grecia logró un rescate trienal de 110.000 millones de euros.

La cura de austeridad y las reformas no han sido suficientes para que Grecia recupere la confianza de los mercados financieros y, si su deuda soberana a 10 años se vendiese, se le exigiría un prohibitivo tipo de interés del 18%.

La oposición conservadora también ha condicionado que se renegocie el nuevo paquete de austeridad para 2012-2015, con el que Papandréu pretende reducir el actual déficit del 9,5% del Producto Interior Bruto a un 7,5% este año y a menos del 3% en 2014.

El primer ministro se reunió ayer con el presidente griego, Carolos Papulias, para manifestarle la necesidad de que "todos asuman sus responsabilidades" y afirmó que avanzará "incluso solo" para aprobar las nuevas medidas.

Además de las deserciones en sus propias filas, aumenta la presión social contra las medidas.