TAL VEZ sin venir a cuento, me atreví un día a dejar escrito en este rincón que Ava Gardner era la mujer más bella que he visto en mi vida. Más bella que Elisabeth Taylor, más bella que Marilyn Monroe, más bella que María Montez (de quien se afirmó que era natural de La Palma), más bella que Vivien Leigt, la de "Lo que el viento se llevó", más bella que Hedy Lamar (¡que ya es decir!), más bella que Jennifer Jones (la de "Duelo al sol"), más bella que Sofía Loren, Ginna Lollobrígida, Mauren O´Hara, Ivonne de Carlo, Eleanor Parker… Pero no me atreví a decir que Ava ha sido la mujer más guapa de todos los tiempos. Y no me he atrevido a afirmar tal cosa porque no conocí a Eva, la del Paraíso (¡cualquiera sabe cómo eran las costillas de Adán!), ni a las egipcias Cleopatra ni Nefertitis, ni a doña Eugenia de Montijo, la condesa española que fue emperatriz de los franceses precisamente por su belleza.

Volviendo al cine diré que nada puedo opinar de Anny Ondra, Gloria Swanson, Carole Lombart, Moira Shearer porque me quedan un tanto lejos. Así que tendré que conformarme con decir que Ava, a la que se llamó un día "el animal más hermoso de la Tierra" (¡qué piropo tan delicado!), fue la diosa más refulgente de una época, pero no sé si de siempre.

Déjenme hablar de deportes. Hará solo cosa de un mes, a los periodistas se les llenó la boca -y el bolígrafo- de palabras para afirmar que el malogrado Severiano Ballesteros ha sido el más importante deportista español de todos los tiempos. Tales periodistas parecen estar entre los cuarenta y los cincuenta años de edad, lo que quiere decir que no pueden opinar sobre Jaime Blume, por ejemplo. Pero, además, tienen ante la vista a Rafa Nadal, quien ha hecho ya (y lo que le queda, si Dios quiere), tales heroicidades en el mundo del deporte que, con todos los respetos para Blume y Ballesteros, los periodistas deberían situarse en su época y no hablar solo de oídas. Y me dejo a Indurain, puesto en entredicho por ciertos señores. ¡Qué flaca es la memoria de algunos! Como si el mundo hubiera sido creado ayer tarde.

Se me acaba el folio y no he hablado de fútbol. Mi recuerdo de los periodistas Eduardo Teus, Escartín, Rienzi…, todo un ejemplo de equilibrio e imparcialidad, no se parecen a los críticos deportivos actuales. Estos que afirman que Casillas es el mejor portero de todos los tiempos, sin haber visto jugar a Zamora, Guillermo e Ignacio Eizaguirre, Ramallets…, de quienes se afirmó en su día otro tanto. Y dicen que como Messi no hubo nunca nada igual, como si no hubieran existido personajes de la talla de Di Stéfano, Pelé, Stanley Matews, Maradona, Pedernera, Garrincha. Sean ustedes un poco más ponderados. Y si ignoran un detalle, omítanlo. No olviden que al fútbol se comenzó a jugar en el siglo XIX. Y ustedes no estaban allí.

Mayor atrevimiento me parece catalogar el partido Manchester-Barcelona como el mejor de la historia del balompié. A los periodistas de entre treinta y cincuenta años les quiero recordar una anécdota que tal vez han oído y "han olvidado". Creo que fue la BBC de Londres el medio de comunicación que estuvo repitiendo, durante muchos años, por Navidad, el partido Eintrainch-Real Madrid, jugado en Glasgow en 1960. Era la final de la Copa de Europa. ¿Por qué se les ocurriría a los señores de la BBC repetir, un año y otro, por Navidad, tal partido? Pues miren ustedes: porque aquel partido, que ganó el Madrid por 7-3, era considerado como escuela para jóvenes y menos jóvenes. Para los más jovencitos, para que aprendieran de Gento, Puskas y un tal Di Stéfano, entre otros. Para los mayores, con la intención de que, si alguno pensaba dedicarse al periodismo deportivo, tuviera una base de lo que era el deporte balompédico de la época y no hacer afirmaciones gratuitas.

Termino con un comentario oído en la radio recientemente. Decía el locutor: "El barcelonista Pedrito es el mejor jugador que ha salido de Canarias en todos los tiempos". Me temo que el atrevido locutor no haya oído nombrar a Alfonso Silva, Luis Molowny, Ángel Arocha, Paco Campos, Machín, Múgica, Arencibia, Hernández el Palmero, Lobito Negro, Gabriel Jorge… Y, sobre todo, me pregunto: ¿por qué ignoran estos señores a dos fenómenos llamados Valerón y David Silva? ¡Pobre imparcialidad!