No queremos sorprender al lector ni tan siquiera intrigarlo. Ayer viernes dijimos que el domingo próximo, es decir, mañana, explicaríamos en nuestro editorial cómo y por qué nos va a venir la independencia incluso de la mano del Rey de España y del futuro Gobierno de Rajoy, ya que de Zapatero poco esperamos. Y como no queremos ser espectaculares, anticipamos que confiamos en la inteligencia, en la razón lógica del cerebro del monarca y del próximo presidente del Gobierno para que comprendan que Canarias no es España. Que ha sido, que es y que será incomprensible que Canarias esté considerada como una parte de España. Si hasta hoy decimos que estas Islas son de España y que sus habitantes somos españoles, estamos diciendo una falacia; una mentira mayúscula amparada en un holocausto o genocidio, en una esclavitud, en martirios, en mercadeo de esclavos, en todo lo más deplorable que existe en el mundo, ejercido por una nación a la que no se quiere en Europa precisamente por estas circunstancias. Por su pertenencia a otro mundo. ¿Cuál? No lo sabemos, porque hasta el africano es más consciente, más civilizado, que el español.

Todo esto no lo puede ignorar un monarca europeo ni un presidente de Gobierno civilizado que pretende ser también europeo, y cuya inteligencia le suponemos. Canarias es un país situado en el océano Atlántico, en el continente africano (las islas son de su continente) y España está en el límite del continente europeo con África. Ni Ceuta, ni Melilla ni las islas Chafarinas, ni los peñones de Alhucemas y Vélez de la Gomera son territorios españoles. España es un país de políticos felones, mentirosos, ineficaces; de otro mundo. El día que podamos decir que nuestra nacionalidad es canaria y que nuestro Estado es el Estado canario estaremos muy por encima, por las circunstancias que hemos mencionado, de los españoles. Así que figúrense ustedes en qué sumisión y fosa séptica nos han metido. Los españoles y sus partidos nacionales, como el socialista, el popular o el comunista, son indeseables e indeseados en Canarias, pero es lo que hay ahora. Y CC, integrada por distintos partidos de tendencia nacionalista -teóricos todos-, no nos sirve para gobernarnos. Sus dirigentes están cometiendo disparate tras disparate, hasta el punto de que se han convertido en una opereta bufa. Los votantes que confiaron en ellos ya se han arrepentido y los demás nos tiramos las manos a la cabeza pensando en qué manos estamos. ¡Qué bufones, cínicos y egoístas nos están mangoneando! Y lo que es peor, mamándose nuestros recursos a mansalva. Y en casa, pasando calamidades y comiendo de la caridad pública, de la familiar y de la amistosa.

Pero la justicia se impondrá y así como pasados los años muchos déspotas llegan al Tribunal de La Haya, quién sabe si estos canarios de hoy, incluido don Paulino Rivero, serán extraditados en su momento para ser juzgados por genocidio, pues de hambre también se muere. Por desatenciones mueren hasta los mendigos. Y por listas de espera que no ha sabido resolver esta dictadura antidemocrática que padecemos también se muere. Y que vengan los españolistas y los amantes de la españolidad a decir que mentimos. No estamos pensando en una broma cuando mencionamos el Tribunal de la Haya. Lo repetimos: pudiera ser que algún día viésemos a don Paulino reclamado o extraditado a la capital holandesa.

Don Paulino, no haga caso usted a doña Ana Oramas y a sus asesores áulicos, que de forma tan descarada, tan traidora, se han echado en brazos del desastroso Gobierno español y de su nefasto presidente, favoreciendo con sus votos la ruina de España a España (apoyo a la subida del IVA, aprobación de los Presupuestos, etcétera) y cayendo en la trampa y el engaño de los miles de millones para Canarias. Qué carcajeo. Cómo nos reímos de usted, don Paulino. Y usted creyendo que el agua se puede transportar y poseer en cestas de mimbre.

En fin, no será más de lo que decimos hoy lo que digamos el domingo. Confiamos en el monarca, confiamos en Rajoy, confiamos en la lógica, la civilización, el civismo, la cultura, el sentido común, la historia, la justicia y en que Dios ilumine a los que tienen que ver claro que a Canarias hay que darle la libertad. Y a ti, canario, te decimos que ya verás cuántas mejoras notarás en tu vivir y quehacer diarios. Verás todo eso y rabiarás cuando sepas cómo te han estado robando durante siglos.