El importante papel de la comarca de Tegueste en la investigación arqueológica de Tenerife es el eje central del monográfico que acaban de publicar los arqueólogos Javier Soler, Francisco Pérez y Tomás Rodríguez, titulado "Excavaciones en la memoria. Estudio historiográfico del Barranco del Agua y de la comarca de Tegueste", incluido en un proyecto más ambicioso tendente a la revalorización patrimonial de dicho territorio, que también incluye Bajamar, Tejina, La Punta y Valle de Guerra. Esta obra se repartirá gratuitamente el 28 de abril en la Feria del Libro de Tegueste.

¿Que objetivo persiguen con la publicación de este trabajo?

Como ocurre con muchos aspectos de la arqueología de las Islas, existe un abismo preocupante entre los resultados científicos alcanzados y la calidad de información que posee el público. Uno de los objetivos de este trabajo es reducir la distancia que existe entre el conocimiento científico gestado por los arqueólogos y la imagen que manejan los no especialistas sobre los estudios del periodo aborigen en la Comarca de Tegueste. Esta obra pretende rastrear toda la información arqueológica generada durante los últimos siglos en la zona, con el fin de reunir, ordenar y sistematizar la documentación necesaria para posteriores fases del proyecto, que se organizan en cuatro, y cuyo objetivo principal es investigar, gestionar y fomentar el conocimiento del patrimonio arqueológico de dicha comarca. Esta monografía ofrece una primera aproximación al importante papel que la zona ha tenido en la historia de la investigación arqueológica de Tenerife.

¿Qué convierte a Tegueste, el barranco del Agua de Dios, y su comarca en un enclave especial desde el punto de vista arqueológico?. ¿Cómo lo denominaban los guanches?

Es especial por dos aspectos fundamentales. Primero por el importante número de evidencias arqueológicas distribuidas por la zona, y que muestra una intensidad de ocupación de tal magnitud que Tegueste debió ocupar un lugar muy relevante para los aborígenes de Tenerife. Esto ha generado una riqueza patrimonial que no ha sido gestionada ni divulgada adecuadamente. En segundo lugar, la Comarca de Tegueste es uno de los enclaves arqueológicos a los que más atención han prestado los investigadores en Canarias. El topónimo, que hace referencia a los numerosos recursos hídricos que posee el barranco, es relativamente reciente, pues no hay referencias en las crónicas o en la documentación de los primeros siglos de la conquista. Al parecer, durante el período aborigen la zona recibía el nombre de Barranco de Tegueste, refiriéndose a uno de los supuestos menceyes de esta parte de la Isla.

¿Cuáles han sido los principales descubrimientos realizados en esta zona y qué evidencias ha aportado a la arqueología canaria? ¿Cuantos BIC hay?

El municipio de Tegueste, con poco más de 26 kilómetros cuadrados, cuenta con tres Bienes de Interés Cultural: El Conjunto Histórico, La Librea y la Zona Arqueológica del Barranco del Agua de Dios. Esta alta proporción de elementos patrimoniales indica la gran importancia histórica que atesora esta zona. Desde el punto de vista arqueológico, Tegueste cuenta con un número muy elevado de yacimientos pertenecientes a los guanches, que van desde necrópolis a manifestaciones rupestres, o de cuevas de habitación a dispersiones de materiales en superficie. En el último siglo, las numerosas excavaciones y prospecciones realizadas han constatado, por ejemplo, la presencia del perro, el uso de la palmera o la existencia de cuevas con más de dos mil restos óseos.

¿Cómo están conservados los yacimientos en esta comarca?

Pues como la inmensa mayoría de los yacimientos arqueológicos de Canarias, lamentable. Ha existido, y existe, una dejadez irresponsable por parte de las autoridades locales, insulares y autonómicas, que son las que tienen competencias en su protección y conservación. A excepción de alguna política patrimonial explícita, como la del Cabildo de Gran Canaria, actualmente se carece en el resto de Islas de planes que acometan la gestión del patrimonio histórico de forma integral.

¿Qué permanece aún inédito de las investigaciones realizadas en Tegueste. Hablan de manuscritos de Cuscoy, cuál es su contenido?

Los manuscritos inéditos de Luis Diego Cuscoy, localizados en el Museo Arqueológico del Puerto de la Cruz, hacen referencia a dos excavaciones que llevó a cabo en la Comarca de Tegueste y que no llegaron a ser publicadas. Aunque no aportan una visión muy diferente de lo ya conocido, sí ofrecen más datos sobre el grupo humano que se asentó en esta zona. De ahí que se transcriban y aparezcan como anexos documentales en el libro.

¿Cómo eran los teguesteros con respecto a los del resto de la Isla, dicen que eran los más longevos?

Es cierto que los estudios bioantropológicos realizados a diversos restos humanos procedentes del Barranco del Agua de Dios indican que los habitantes de Tegueste, con respecto a otros aborígenes de Tenerife, presentaron una mayor esperanza de vida, que rondaba los 35 años para los adultos. Este tipo de resultados deben tomarse con cautela, pues la procedencia de las muestras óseas sobre las que se realizan dichas analíticas suelen estar lastradas por expolios y alteraciones. El Barranco del Agua de Dios ha sido un lugar en el que se han realizado numerosos saqueos que terminaron destruyendo lo que querían rescatar, pues al extraer los objetos se termina alterando y destruyendo el propio yacimiento.

¿Cómo se puede conectar la arqueología con el público? ¿Por qué existe ese distanciamiento entre los arqueólogos y la sociedad?

Las discrepancias que existen entre el conocimiento del pasado gestado por los profesionales y el que posee la sociedad es un grave problema al que no se le ha prestado la atención que merece. La mayoría de los canarios maneja, con respecto a los primeros habitantes de las Islas, unos clichés y razonamientos que poco o nada tienen que ver con la realidad. Sin embargo, también es cierto que muchas personas pretenden acercarse al pasado como si de un parque temático se tratase. Sin hacer el menor esfuerzo intelectual por comprender lo que están viendo. El visitante no puede ser un ente pasivo que reciba la información que más le apetezca. Es necesario que intervenga activamente en el proceso divulgativo, ya que si no es así el pasado se convierte en un simple entretenimiento pasajero, que aporta poco o nada en la formación de los ciudadanos.

Ustedes reflejan sus ansias de difusión a través de este trabajo, ¿quizás sea esa la tendencia de la nueva escuela de la arqueología canaria?

No se si podríamos hablar de una "nueva" escuela de arqueología canaria. Es cierto que en las últimas décadas han proliferado una serie de estudios que se distancian significativamente de formas anteriores de entender y practicar la arqueología en Canarias. La asimilación de nuevos planteamientos teóricos y la asunción de técnicas y procedimientos metodológicos han provocado una eclosión de posturas y aproximaciones al pasado que enriquecen los estudios históricos en las Islas. Sin embargo, el peso de la tradición sigue siendo muy importante para las nuevas generaciones de investigadores. Las aportaciones de quienes se formaron en los años 70 y 80 siguen siendo fundamentales para entender cómo los nuevos arqueólogos nos acercamos al pasado. Como dije anteriormente, tal vez sea este énfasis divulgativo y patrimonial uno de los aspectos que mejor diferencian a la actual arqueología de la practicada en décadas anteriores. La llegada al mercado laboral de un número importante de arqueólogos, más allá de su papel como docentes, ha conformado un colectivo profesional que ha encontrado su lugar dentro de la gestión y divulgación del patrimonio, algo que sigue sin estar recogido adecuadamente en los planes de estudio universitarios.

Ustedes promueven los Centros de Interpretación, ¿por qué no se han prodigado en Tenerife?

Los Centros de Interpretación son una herramienta idónea que permite un acercamiento riguroso al conocimiento por parte del público, y por ello consideramos necesario fomentarlos. Sin embargo, no debemos entender los Centros de Interpretación como un fin en sí mismo. La moda de este tipo de edificaciones ha motivado la aparición de muchos ejemplos que languidecen por no haber planificado su futuro más allá del día de su inauguración. Para el proyecto que desarrollamos en Tegueste, la creación de un Centro de Interpretación es un elemento más dentro de la revalorización del patrimonio histórico de la comarca. Las razones que explican la ausencia en Tenerife de este tipo de centros se deben a la inexistencia de una planificación clara de lo que hay que hacer con nuestro patrimonio histórico por parte de la administración. En Canarias, aunque contamos con técnicos altamente cualificados y algunas propuestas de gestión muy interesantes, por desgracia, no reciben el apoyo político necesario, y las iniciativas, como la de Tegueste, terminan dependiendo siempre de iniciativas aisladas.