Los tradicionales quesos de almendras, almendrados y piñas de La Palma que se encuentran en el mercado, exquisitos cuando se hace con materia prima local, llevan, en muchos casos, un alto porcentaje de almendras importadas desde California, una situación que obliga al Cabildo a la elaboración de una marca de calidad para controlar la producción local y sus derivados, según un acuerdo alcanzado por todas las fuerzas políticas con representación en el pleno insular.

El portavoz del PP, Manuel Pérez Rocha, defendió la necesidad de crear una denominación de origen, tal y como ocurre, por ejemplo, con el vino, para identificar la almendra palmera y, por ende, impedir que la foránea se venta como propia, aunque el principal objetivo de la propuesta no era otro que impulsar un cultivo que en gran parte se ha ido abandonando. En los años 50 y 60 del siglo XX se alcanzaron los máximos niveles de producción, llegando a las 3.500 toneladas. En esas fechas, según el consejero popular, gran parte de la producción se exportaba a mercados tan significativos como el de Reino Unido para la industria del chocolate.

Sin embargo, a partir de los años 70 del siglo pasado, este cultivo empieza a experimentar un paulatino declive en la misma medida que se iban abandonando otros cultivos asociados. En la actualidad, el descenso de la producción es evidente, cediendo terreno a las almendras de importancia hasta el punto que "la mayoría de la repostería que antes se hacía y se vendía con nuestras almendras, que tienen un conjunto de características organolépticas que las hacen diferentes y les confieren una extraordinaria calidad, llevan ahora en un 90% materia prima que se trae desde California", dijo Manuel Pérez Rocha.

Las razones para la adquisición de producto foráneo está tanto en el precio como en la facilidad para contar con la cantidad que se necesita casi en cualquier momento. "Cada uno puede recurrir a lo que mejor entienda para su negocio o para la elaboración de su repostería, pero lo que no se puede hacer es comprar almendras de fuera y vender el producto como 100% palmero. Se hace en La Palma, en artesanía propia que, por cierto, es insuperable, pero hay que dejar claro que la materia prima es importada. Se debe hacer simplemente porque el producto, la calidad, el sabor, no es el mismo y el consumidor que conoce nuestra almendra, lo sabe. ¡Y es que se nota!", afirmó el portavoz del PP tras la sesión plenaria.

Pérez Rocha también defendió la importancia del árbol del almendro en el territorio palmero: "Forma una parte fundamental de nuestro paisaje y nuestro medio ambiente, y que debemos conservar como seña de identidad". Sin embargo, y al contrario que otras producciones agrarias, "las ayudas que recibe son claramente insuficientes y no garantizar la viabilidad de las explotaciones".

La propuesta del PP fue enmendada por Coalición Canaria, que en lugar de crear una denominación de origen para la almendra apostó, con el beneplácito del PP, por crear una marca de calidad. En este sentido, el consejero de Agricultura, César Martín, apuntó que "para una D.O. se tarda mucho tiempo y lo mejor, entendemos nosotros, es comenzar con una marca de calidad, gestionada por el Cabildo, que será el responsable del seguimiento tanto de nuestra almendra, de la almendra palmera, que es única, como de sus derivados".

El Partido Socialista, a través del consejero Jorge González, apoyó la propuesta, al entender que "todas las fórmulas de protección para nuestra almendra son válidas, ya que no podemos entender el territorio de La Palma sin el almendro en flor".