> Vio en un garaje a uno de los dos policías que luego asesinaría ETA y a su mujer. Luego, entró en su coche, pero escuchó los disparos y observó por el retrovisor cómo los pistoleros "los estaban rematando". Logró salir de allí, no sin antes cruzarse con uno de los etarras, que le mostró una placa policial. Este viernes, este testigo protegido ha declarado contra dos etarras del ''comando Vizcaya'' que en 1983 mataron a dos agentes de Policía y a la mujer de uno de ellos, embarazada de 31 semanas, y para quienes el fiscal pide 101 años de cárcel. Dos policías han relatado por su parte el "dilema moral" de otro etarra, ya condenado y testigo en el juicio, y que abandonó ETA por matar a una gestante.

Los dos etarras del ''comando Vizcaya'' Juan Manuel Inciarte Gallardo, alias ''Jeremias'' y Félix Ignacio Esparza Luir, ''Iñaki'', acusados de la muerte de dos policías nacionales y la mujer de uno de ellos, embarazada de 31 semanas, en 1983 han asegurado que ese día ni siquiera estaban en Bilbao, donde tuvo lugar el crimen. Pero un testigo ha narrado en la sesión de este viernes lo que pasó aquel día.

Según ha explicado este testigo protegido, aquel día entró en un garaje de la calle El Carmelo de Bilbao donde aparcaba su coche. Notó "una cierta oscuridad que no era la de todos los días", y escuchó lo que le pareció "un sollozo, un lamento". Al girarse, pudo ver al cabo de la Policía Nacional Pedro Barquero González y a su esposa, María Dolores Ledo García, que estaba embarazada de 31 meses. Ya en el coche, dio marcha atrás y enseguida reconoció los "destellos" de varios tiros.

Pudo observar en el espejo retrovisor a uno de los pistoleros empuñando un arma y disparando a "una distancia corta" a los cuerpos del cabo y de su mujer. Según ha explicado, uno de los asesinos "estaba un poquito agachado" y los etarras "estaban rematando" a las víctimas. "Me puse a cien, salí temblando de allí", ha indicado el testigo, que ha añadido que cuando salió del turismo uno de los terroristas le enseñó una placa de Policía. En un momento dado, se distrajo y él aprovechó para salir corriendo "con el miedo en el cuerpo" del aparcamiento.

Por su parte, los dos etarras se han exculpado. Inciarte ha negado su participación en el crimen y ha asegurado que en 1983 se encontraba trabajando en un mercado de Managua (Nicaragua) de donde sólo regresó a mediados de los 80 cuando su madre enfermó. Y algo similar ha dicho Esparza Luri, que ha declarado, en euskera, que se encontraba en Biarritz cuando se produjo el crimen. Esparza Luri ha asegurado ante el juez que puede acreditar documentalmente dónde estaba, porque registró en esas fechas la petición de "asilo político" en el País Vasco francés por "la fuerte represión policial y las torturas cometidas" en España.

"SE DERRUMBÓ"

También Enrique Letona Viteri, ya condenado por este crimen, ha comparecido este viernes, en calidad de testigo. Letona, que ha pedido que se le traduzcan al euskera las preguntas del fiscal, ha negado que los acusados cometieran el crimen. Estas declaraciones de Letona contradicen otro de los testimonios que ha habido en el juicio. En concreto, ante la Sección Segunda de la Sala de lo Penal han comparecido varios agentes que tomaron declaración a miembros de la banda terrorista y que han relatado que Letona "se abrió sorprendentemente" y explicó ampliamente el "debate moral" que le planteó que sus ''compañeros'' mataran a una mujer embarazada.

Según les explicó el etarra en esos interrogatorios, tras los crímenes se desató "una fuerte discusión" entre Letona y Esparza Luri. Letona se había mostrado dispuesto a "cumplir, y pegar un tiro en la nuca al teniente", pero "no encontraba ningún sentido a matar a una mujer en muy avanzado estado de gestación, que además no suponía ningún peligro" para Esparza Luri. Después de la "ejecución" de Maria Dolores Ledo, que calificó de "salvajada", Letona admitió que había abandonado las filas terroristas.

El representante del Ministerio Público ha pedido a la Sala valorar este testimonio que da cuenta de cómo Esparza Luri "remata de forma absolutamente innecesaria y gratuita" a la mujer embarazada. La Fiscalía ha solicitado a cada uno de los acusados una indemnización de 180.000 euros a los herederos de las víctimas. Según el fiscal, los dos acusados participaron, junto a los ya condenados Enrique Letona Viteri, ''Masillas'', José Félix Zabarte Jainaga, ''Juan Luis'', y otros dos que tenían los alias de ''Endika'' y ''Sebas'', en los asesinatos del matrimonio y del teniente coronel Julio Segarra.

Asimismo, el propietario del vehículo que fue robado para perpetrar la acción ha recordado durante la vista que un individuo le apuntó con un arma advirtiéndole que "era de ETA". Mientras parte del comando llevaba a cabo la acción, dos terroristas -Echániz e Inciarte- le trasladaron a Portugalete y le custodiaron hasta que volvió el resto de miembros del comando informando de que no había sido posible cometer la acción prevista, en referencia al intento de secuestro del teniente de la Policía Nacional que quedó frustrado por la aparición del cabo y de su esposa.

Al término del juicio, que ha quedado visto para sentencia, la defensa ha solicitado la libre absolución de sus representados al estimar que no hay pruebas suficientes para "enervar su presunción de inocencia".