DESDE Guanahani, Watling o Islas Lucayas, las Bahamas, se aroma esta sección con la lírica de Mariom Bethel. Distinguida dama, nació y reside en la ciudad bahamesa de Nassau.

Culta escritora, estudió Derecho en la Universidad inglesa de Cambridge, ejerciendo en su país como abogada. Su dilatada carrera literaria incluye poesía, relatos cortos y ensayo. Sus trabajos se han inmortalizado en volúmenes y prensa especializada como "Cruce", "Lignum Vitae", "Desde la superficie de los mares", "Massachusetts", "Escritores caribeños (vol. 8)", "Moviendo más allá de los límites (vol. 1)", "Callaloo", "River City", "Poui", "MaComere", "The Hampden Sidney Poetry", "Thamyris", etc. En el volumen 13 de "Escritores caribeños" editó una sección especial mentada "Poesía desde las Bahamas", que fue nominada al premio "Puschcart". Además, ha sido invitada a eventos de ámbito internacional como "Conferencia de mujeres escritoras caribeñas y eruditas" por la Universidad Internacional de Florida, "Feria Internacional del Libro de Miami" y "XVI Festival Internacional de Poesía de Medellín", Colombia, entre otros. Ha compartido talleres de poesía en Pittsburgh, Harvard, San Martín, Granada, Nicaragua, Hong Kong... lo mismo que asistido. Pero su tesón y quehacer en la literatura le han recompensado sobremanera, reseñando la beca "James Michener", concedida por la Universidad de Miami; el Premio Casa de las Américas por su obra "Guanahani, mi amor" (edición bilingüe), de La Habana, que editara a posteriori la editorial Casa de Neheri, sita en el Estado caribeño de San Martín. En 2009 ve la luz un nuevo poemario: "Bougainvillea replay", que patrocinó Peepal Tree, en Leeds, Inglaterra. En la actualidad se halla en la confección de un nuevo volumen poético y una novela.

Con suma exquisitez en el lenguaje, su verso nos pinta costumbres, lugares, que son referentes de su idiosincrasia peculiar. Rica cultura que ofrece esa mancomunidad isleña sostenida por el Atlántico. O se detuvieran sus retinas en la lectura de las afamadas obras de Arthur Kailey, inspirada, quizás, en atardeceres en su Lyford Cay (Nueva Providencia).

Como testigo de lo expuesto, termino con su poema titulado "Palomas de tabaco", que plasmo: "Estaba en la carretera, / haciendo lo que las palomas de tabaco hacen / patinando sobre calles durmientes, cubiertas de rocío, / persiguiendo el amor sobre líneas / de alta tensión. / Bajo tormentas de rayos y truenos, / me asomé al placer, / rozando el limbo muy bajo, / bajo vallas de púas, / engullendo el deseo en el aire delgado. / No era una paloma prisionera / en un vuelo de fantasía, / despreciando y haciendo alarde / de un plumaje / de alas atrofiadas. / Conocí el precio del vuelo, / el arte de la dirección / clara de cristal, / la geografía de los manglares, / el fuego latente de pinos estériles. / Conocí el arte / del juego de las alas, / conseguí despegar a tiempo / antes de la vuelta de tuerca / del partido jugado varias veces al día. / ¿Por qué estaba tan lenta esa mañana? / Sin uñas atrapadas en alquitrán derretido. / ¿Qué me mantuvo cautiva un segundo tan largo / como el cansado latir / en mi ala? / Estaba en la carretera, / haciendo lo que las palomas de tabaco hacen, / sosteniendo olivares que aquí no crecen / y no fui ningún mensajero para Noah...