El que ha sido hasta el pasado 1 de enero centro de acogida para menores extranjeros no acompañados ya tiene nuevo destino, también para uso y disfrute de jóvenes, después de que el Cabildo de Tenerife haya solicitado esa infraestructura al Gobierno canario, tal y como señalaron a este periódico fuentes de la Consejería de Bienestar Social, Juventud y Vivienda del Gobierno canario.

El Cabildo pretende instalar en la que fue la antigua Escuela Hogar de La Esperanza un Aula de la Naturaleza para los jóvenes y escolares de la isla.

El trámite se encuentra ahora en Patrimonio del Gobierno, que está realizando la cesión burocrática del inmueble a la administración insular.

Desde que este centro se habilitara como centro de emergencia para acoger a los menores extranjeros, hace ya cinco años, el Gobierno ha realizado una importante inversión económica para poder dar cabida a los miles de chicos de los cayucos que han vivido allí durante este tiempo.

El descenso de los cayucos ocasionó que la instalación fuera perdiendo protagonismo como lugar de acogida de emergencia y que quedara en desuso a finales del pasado año. El día 1 de enero se echó la llave tras el traslado de los pocos menores que quedaban allí.

En estos días se han realizado trabajos de limpieza en su interior, teniendo en cuenta su nuevo uso. Por este motivo se han sacado al patio los colchones y los somieres de los dormitorios, porque ya no son necesarios, y ahora están apilados en un rincón de la valla que rodea el perímetro.

La instalación sigue vigilada por la misma empresa de seguridad que cuando estaba habitada.

Tras el cierre del recinto de La Esperanza para los chicos de los cayucos, sólo quedan dos centros de emergencia en Canarias, el de Tegueste (Tenerife) y otro en Gran Canaria, a los que se suman los pisos de los cabildos para los menores extranjeros.

Cuatro fueron los primeros recintos de emergencia que se abrieron en Canarias ante la saturación de los recursos de los cabildos para acoger a los menores extranjeros que entraban en las islas en patera o cayuco, pero con el paso de los meses llegaron a ser ocho los recintos de emergencia en el Archipiélago. El de La Esperanza amplió su capacidad con la rehabilitación de un módulo que estaba inutilizado, de tal manera que en ese lugar llegaron a vivir hasta 500 jóvenes al mismo tiempo.

Después, con los traslados de pequeños grupos de menores a distintas entidades de la Península, fue bajando el número en los centros de emergencia. Sin embargo, el de La Esperanza siempre ha sido el más numeroso.

En 2006 llegaron a las islas 928 menores, en 2007 fueron 752, en 2008 se registraron 321 y en 2010 se registraron 50.

mucha historia

Hechos desafortunados

Si las piedras del centro de menores de La Esperanza hablaran relatarían historias alegres y otras muy tristes. Entre los muros de este lugar se han producido algunas muertes. La última fue la del joven marroquí que se cayó por una ventana del primer piso. Tras el golpe fue trasladado al hospital y falleció a los pocos meses. Esto sucedió mientras el recinto se destinaba a la acogida de menores extranjeros no acompañados. Pero no ha sido la única muerte. En noviembre del año 2005, cuando la infraestructura tenía el uso como centro de menores con medidas judiciales, allí murió el joven Phillipp, un caso que sigue sin esclarecer y pendiente de la celebración del juicio. Una cruz en el pinar, a la entrada del centro, recuerda este trágico suceso. Los padres del joven tinerfeño siguen yendo con regularidad a poner flores frescas en recuerdo del que era su único hijo, que apareció muerto en su celda cuando el educador abrió su puerta, a las 8:00 del 13 de noviembre de 2005. Mucho antes de tener este uso, el lugar era la Escuela Hogar de La Esperanza, siempre para menores.